Cuando hablé del teletón pensé que mucha gente se me iba a lanzar a la yugular, pero me equivoqué y la mayoría estuvo de acuerdo con mis observaciones, en esta ocasión hablaré de algo similar, el redondeo.
Todavía me acuerdo cuando existían las últimas pesetas como ibas al corte inglés y te vendían un producto en 999 pesetas y cómo por lo general nunca te devolvían esa jodida peseta. De todos modos si por cualquier cosa te la devolvían, casi la tirabas porque era mas el estorbo que te hacía en el bolsillo que lo que valía. En México es lo mismo, muchos productos tienen precios de 17,95, 12,87 ó 23,34 pesos. Como ya comenté en el post de las monedas, todo aquello inferior a 1 peso casi ni lo mides, y en el caso de unidades de centavos ni siquiera existe moneda.
El asunto es que cuando vas al supermercado o a la tienda de conveniencia, casi todos los precios que tienen son del tipo fraccionado, es decir con terminaciones en unidades de centavos, poco prácticos a la hora de pagar con monedas porque no existen esas fracciones o, si existen, es raro que las tengas en tu bolsillo, por lo que al final lo que hacen es que el cajero no te da esas monedas y se las empoza él o el dueño del supermercao.
Ante ello a los de las tiendas se les iluminó el símbolo del dinero, y para tener una forma legal de empozarse ese dinero se inventaron "El redondeo". Este redondeo consiste en cerrar la cifra final de tu cuenta al peso superior, es decir, si tu lista de la compra son 327 pesos y 48 centavos, (por poner un ejemplo) te lo cierran a 328 pesos. (¡Que capullos!, ¿Por que no lo cierran a 327 que está mas cerca?) Esos 52 centavos del "redondeo" supuestamente se usan para obras de beneficencia tipo apoyar a la migración de los mosquitos del desierto o permitir que los niños de un pueblo perdido se encuentren.
Igual que en la ocasión del teletón, parece una buena obra. A ti esos centavos no te sirven de nada, y probablemente el cajero ni siquiera te los entregue porque no existen monedas. Pero veamos el análisis mexiñol de esta situación.
Para empezar, porque carajo no cierran el precio directamente en lugar de andar con tonterías de ponerle a un jabón un precio de 5,38 pesos si saben que no hay monedas, ciérramelo a 5,50 y tan contentos todos. Sí, yo se que los quisquillosos me dirán que esos doce centavos multiplicados por 500 jabones dan a... un montón de pesos (no tengo la calculadora a la mano y soy muy furro pa las cuentas). Vale, pero de la otra forma me lo están redondeando a 6 pesos sacándome de la faltriquera centavos por toa la filosa. También sé, que los mas quisquillosos del todo me dirán que si voy al supermercado y compro jabón, lechuga y calzoncillos con trompita de elefante; la suma de sus centavos fraccionados me da al final una cuenta de 327,78, con lo que me redondean 22 centavos a 328, si esos centavos me los hubieran redondeado en el precio de cada artículo la cuenta final seguramente hubiera sido 330 pesos. La verdad, esos 3 pesos no me hacen mas pobre de lo que ya soy.
Esos centavos del redondeo los van acumulando en una cuenta bancaria para, como os comentaba, al final del día (mes, año o lustro; no se ni me importa) donarlos para alguna noble causa. Claro que como esa pasta es donada, de acuerdo con las leyes de hacienda es deducible al 100% de impuestos, por lo que al del supermercado le viene como dio… eeee!, le viene muy bien al final del año. Además como se suele decir, están saludando con sombrero ajeno, ya que en los medios de comunicación anuncian a bombo y platillo que donaron tropecientos millones de pesos para ayudar a la repoblación de arañas asesinas del desierto de Chihuahua (por poner un ejemplo) aunque realmente el que donó fuiste tu con tu redondeo.
Ya al final hablando de causas nobles mas reales que la de las arañas o los niños perdidos, estas consisten en poner ordenadores para las escuelas marginadas del país, pero resulta que al llegar los ordenadores se dan cuenta que en esa escuela no hay electricidad. No importa, ellos graban como instalan el ordenador y el anuncio de la tele queda chupiguay. Ese tío bajando del camión el ordenata y poniéndolo en un escritorio, ese montón de críos contentos alrededor del juguete nuevo, que no podrán usar y terminará como adorno o en la casa del pobresor de turno. Independientemente de ello pregúntome yo, ¿Esos ordenadores no deberían salir de los impuestos?. Porque a mi me quitan impuestos cada vez que me pagan en la empresa, y claro, como el supermercao dedujo impuestos por el redondeo, el estado no tiene pasta para comprar los ordenadores.
Otra "noble causa" es la de dar de comer a personas de bajos recursos de nosequepueblo perdido. Y en mi ignorancia absoluta pregunto, ¿No sería mejor enseñar a esa gente a que se busque las lentejas?. Ó, ¿Realmente existe ese pueblo perdido?. ¡Ah! pero claro, para dar de comer a esa gente no les entregan la marmaja, lo que hacen es llevarles mercancía que, "casualmente”, compraron en la propia tienda a precio de público sin descuento ni oferta alguna. Yo soy bastante ignorante pero a mi eso me huele a chamusquina. ¿No sería mejor pagar un poco mejor a los productores para que el campo se revitalice por si solo en lugar de tener que mandarles ayudas?.
y ya para redondear la píldora, muchas empresas tienen sus propias ONG a donde van a parar los fondos del redondeo, así que ellos lo cosechan(recolectan la pasta en las tiendas), ellos se lo guisan(le dicen a hacienda que se lo dan a ONG), y ellos se lo comen (se compran productos a si mismos).
En fin, no me importa lo que digan los buenos samaritanos, yo digo NO al redondeo. Y para librarme de él pago todo con mi tarjeta del banco, y si no tengo tarjeta, prefiero que me devuelvan aunque sea los 10 ó 20 centavos y que los 7 centavos los anote el cajero en su cuenta particular, pa que no se le haga tan largo llegar a fin de mes.