No hay carta abierta esta vez. No deseo que así sea…
El título va para rola de Zoé, definitivamente.
Escribo esto al calor y la luz de una vela casi consumida, con una imagen viéndome piadosa y pacientemente, como diciéndome “¿Vas es escribir?”. Le devuelvo el miramiento afirmativamente, algo dudoso, pues no me mueve alguien a escribir esta vez, sólo es una especie de manda pendiente a mí mismo, algo que dije que haría un día de estos; y heme aquí.
Y en parte sí es por alguien, más no es para. Escribo para registrar bien en mi cabeza lo que pasa. Es ahora que tengo el corazón más abierto, más sereno, más frío, en un momento de cambio y definición dentro de mi vida, en que decido ya no tener traba alguna con nadie ni con nada, en que decido tener el camino libre y la pradera para mí solo, sin importar quién es el espectador de mis pasos, ni sus comentarios a mi cosmovisión. De paso cabe decir, Feliz No Aniversario. Al menos, para mí lo ha sido. Todos los días lo han sido.
Poco te he topado, y de tí poco he sabido, y quiero que siga siendo así. Imagino que hace tiempo, no sé ahora, estuve rodeado de informantes. No me hubiera extrañado ni incomodado, pues como dice Arjona, “Haría lo mismo pero sin esconderme”. Te ves bien, no me cabe duda, pero creo debería reservarme esas palabras por tu conocida manía a la tergiversión de la realidad. ¿Pasaste? no lo sé, imagino que si’así fue, podría toparte. Si te veo no haré in pensaré gran cosa; por cortesía te saludaría, y realmente estaría contento por tí, pues estar ahí era algo que deseabas. Después, te pido de la manera más amable, me dejes continuar mi camino, y yo te dejaré continuar en el tuyo.
Un saludo dirijo a tu familia; aunque sea sólo de espíritu, pues los recuerdo bien, y mis palabras no serían tomadas en serio ni correspondidas. Pensándolo bien, dejemos el saludo al aire; sería lo más cómodo.
Palabras que en parte siento vacías, no miento; más ya tenía que parirlas… Hasta ahora me vienen tantas cosas, tanto aprendizaje del pasado; y si lo borro de la realidad es porque ya es suficiente tenerlas en la cabeza. No me digas, no me sigas, no me cuestiones; estoy muy a la defensiva de mi individualidad y mi viaje, sin negar la inminente interconectividad que existe entre todos. Pero eso no quita que por ciertas conexiones ya no pase nada.