
En esta ocasión la cosa va bastante bien, porque como podéis apreciar, los dos adultos van perfectamente protegidos con sus cascos, el niño va en medio hecho sangüis y sin casco, a fin de cuentas ahí atrapado no se puede caer, y si se cae como es de goma, rebota y no le pasa nada.
El conductor de la moto se ve algo incómodo, con los buebos aplastados contra el tanque de la gasolina. Y la chica, sujetando con una mano al crío, con la otra la bolsa, y estirándose de vez en cuando el pantalón para que no se le vea la raja el culo con la tercera mano, vamos, todo un símbolo de la seguridad.
En cuanto a los polesías, lo habitual es que los vean pasar y no les digan nada, porque saben que a esta gente mucha pasta no le pueden sacar en mordida. Cuando consiga la foto con cuatro en la moto os la pondré, pero tenedme paciencia.
