Si ya teníamos complicaciones para diferenciar entre yanquis, yonkis y yunques; ahora el mexiñol va y nos agrega los yonques. Tranquilos, que el asunto no es tan complicao, en realidad los yonques son los deshuesaderos de autos o, como se suele decir cuando ya no quieres saber nada de tu coche, lo echas a la chatarra.
El funcionamiento de estos centros en realidad no tiene gran diferencia con el de España, la salvedad es que en España por lo general llevas el coche a la chatarra y ellos se encargan de hacerlo pedazos para reciclar el acero plásticos y demás. En México lo que sucede es que los del yonque andan buscando coches por las calles con la intención de rescatar los que la gente tiene abandonados a la puerta de su casa. Otras veces la misma gente ya convencida de que jamás va a poner a funcionar el auto, llama al del yonque para que pase a quitarle el estorbo de en medio.
Otra importante diferencia de estos lugares es que en lugar de destrozar el coche para reciclarlo, lo que hacen es tenerlo ahí en su terreno en espera de que algún cliente llegue por una pieza del coche, una puerta, el salpicadero, un cristal, la transmisión, o lo que sea. Como hay gente que tiene coches realmente viejos todavía funcionando, muchas veces resulta difícil el conseguir las piezas, así que una buena alternativa es recorrerte los yonques a ver si tienen un coche como el tuyo y recuperar la pieza que te falta. También puede pasar que aunque el coche no sea tan viejo, la espiroqueta que se jodió te cuesta un riñón y medio higadillo en el concesionario, así que vas al yonque para ver si tienen un coche como el tuyo que se pudo haber rescatado en una venta de coches siniestrados de alguna aseguradora, claro, vende la pieza a menor precio, pero no demasiado porque sabe lo que cuesta nueva en la tienda, o como se suele decir, dependiendo del sapo es la pedrada. La ventaja es que en este caso puedes regatear con el del yonque.
En casos que los del yonque ven un coche con poco movimiento, o que ya tienen varios autos del mismo modelo porque venían en el paquete de la aseguradora, entonces ya proceden a destruirlo y venderlo como hierro viejo para reciclar. En otras ocasiones lo que hacen es simplemente desmontarlo ellos mismos y guardar las piezas que saben tienen mayor movimiento, y el resto llevarlo a una trituradora de hierro y venderlo, como se suele decir, al kilo (es decir, lo que pesa en hierro).
Estos yonques suelen estar habitualmente en los extrarradios de las ciudades, y en la frontera de México EEUU son muy comunes, al llegar a estas ciudades sueles encontrar a los lados de la carretera decenas de estos negocios con coches de ambos lados de la frontera para surtir a todo aquel que necesite piezas de algún coche. Muchas veces a ellos llegan de los garajes de hojalatería para recuperar alguna pieza, a veces revendedores que se enfocan en partes usadas, o también algún coleccionista que tiene un coche de unos 30-40 años y quiere tener sus piezas por si acaso le llegan a fallar en alguna ocasión y no tiene forma de conseguirla. En fin, toda una industria la de la chatarra o, como se suele decir, la basura de unos es el tesoro de otros.