My Favourite Things (3): Viajar

Una de las cosas que me apasiona es viajar, si, sufro el temido "Wanderlust". Algunos quizás os preguntéis el origen y sintomatología de mi enfermedad. "Wanderlust" es el deseo irrefrenable de viajar. Es una palabra inglesa que, sin embargo, tiene origen alemán y es que en alemán "wandern" significa "vagar" y "Lust", "ganas"... Pues eso que yo tengo ganas de vagar por el mundo! A modo de curiosidad comentar (y porque soy una friki de los idiomas -incluyendo lenguas muertas, lo que tiene aún más delito-) que en alemán la palabra "Wanderlust" no se usa, sino que en su lugar se emplea "Fernweh" para referirse al dolor por lo lejano. 

Supongo que el origen de mi enfermedad está en una bola del mundo que de pequeña no paraba de mirar una y otra vez hasta que aprendí todos los países y sus capitales. Lo peor fue descubrir que la URSS, tan grande ella, ya no existía, que Alemania era una y que las fronteras y nombres de los países de África son más volubles que las modas pasajeras.  Pese a esos desengaños tempranos y darme tan pronto cuenta de que el mundo era cambiante, yo ya tenía ganas de descubrirlo y recuerdo lo emocionada que estaba cuando por error acabamos en el coche en Francia y todas las luces eran de un color amarillo horrible. Ilusa de mí, sólo lamenté que desde la frontera no se viera la Torre Eiffel (sabía perfectamente que estaba muy al norte pero me la imaginaba mucho más grande) Por fin llegó un momento en que empecé a viajar de verdad, a descubrir ciudades, a conocer gente de diferentes culturas, a disfrutar de lo distinto y, al mismo tiempo, valorar lo mío. Fue entonces cuando el mundo ya no estaba en un globo anticuado sino que estaba a mis pies, bueno, eso demasiado, digamos que nos hablábamos de tú a tú.  En todo caso, creo que debo ser algo paleta: la gente adora viajar a sitios nuevos, yo obviamente también, pero no os podéis imaginar lo que disfruto visitando de nuevo ciudades ya conocidas. He perdido la cuenta de cuántas veces he estado en ciertos lugares y, sin embargo, sigo disfrutando del mar de Gijón; no me canso de Roma, que para eso es una ciudad eterna; París cada día es para mí menos turístico y más especial; pasar la tarde en el Borne es aún una delicia para mí y Londres una fuente inagotable de rincones por descubrir... y podría seguir!! Me consuela pensar que Dr. Johnson, que se supone que precisamente un cateto no era, ya decía que "El hombre que se ha cansado de Londres, se ha cansado de la vida". Y, por otra parte, imaginad si puede dar de sí una ciudad que el blog "Ein Tag mit Pepa" (que, por cierto, os recomiendo totalmente) trata casi exclusivamente de cosas qué hacer en Berlín.

Fuente: http://theveryyoungatheart.blogspot.com.es/2010/09/when-man-is-tired-of-london.html

En todo caso, de momento me tendré que conformar con seguir girando mi globo terráqueo de estilo vintage mientras fantaseo con todas aquellos lugares que me quedan por visitar y todos aquellos a los que me encantaría regresar.