Llega la época de las listas. Esas reducciones absurdas, exprésamente categorizantes, subjetivamente selectivas e irremisiblemente reduccionistas. Siempre basadas en la novedad, en lo último, porque el pasado es eso, pasado, y ya no cuenta, y estamos tan ávidos de futuro que necesitamos dejar atrás el presente lo más rápido posible, reduciéndolo a una lista que se quiere ejemplarizante para que lo inmortalice y selle así su finitud, pero que no es más que otro ejercicio vanidoso, banal y prescindible.
Pero...
"C'est l'Ennui!—l'oeil chargé d'un pleur involontaire,
Il rêve d'échafauds en fumant son houka.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,—Hypocrite lecteur,—mon semblable,—mon frère!"
(Charles Baudelaire, 1855)
Sí, lo sé, yo también haré mi lista. Para que quede más internacional y, por lo tanto, suene más importante y tenga más empaque, mi lista será my list. No será una lista de lo mejor de 2011 porque no tengo ni la más remota idea de qué es lo mejor, y tampoco he seguido la actualidad literaria al dedillo. Pero como soy obsesiva-compulsiva, dejaré mi lista, porque las listas me encantan. (Podría empapelar las paredes de mi casa con listas de casi cualquier cosa, todas manuscritas, por lo de customizar.) Mi lista tiene por título: lo que más me ha gustado de entre todo lo que he leído este año*. (Por favor, no te la tomes demasiado en serio.)
Un día perfecto, de Melania G. Mazzucco
Brooklyn, de Colm Tóibin
Los imperfeccionistas, de Tom Rachman
Jo confesso, de Jaume Cabré
Flujo, de Dave Cooper
Pagando por ello, de Chester Brown
*Por estricto orden cronológico