Revista Cine
Karo es una niña de 10 años. Viaja con la cabeza fuera del coche sintiendo la velocidad. Se instala con sus padres en una casa abandonada. Allí lo compartirán todo con un grupo de personas que aspiran a crear un mundo mejor, más libre de las ataduras de un trabajo como generador de dinero. ¿Utopía o una realidad posible?
Ella es muy pequeña, y crece rodeada del cariño de sus padres. Cuando irrumpe otra mujer y su madre se siente desplazada (amor libre…), se rebela y huye hacia un refugio.
Eso es lo que quiero, que siempre haya alguien pendiente de mi. Nada cada vez más rápido.
Mientras, los adultos resisten y luchan, cada cual desde su perspectiva.
Los principios pagan las facturas.
Regalos de Papá Noel y esas caras de felicidad.
¿Qué tiene que ver el comunismo con los niños?
Temática que aborda los desalojos de viviendas que permanecen vacías durante años. Rompiendo con las paredes y los muros de separación. Fragilidad de las emociones. Personas vulnerables. Complicidad de los más pequeños. Escenas de inmenso dolor.
Llego a esta película por una de tantas casualidades. Una amiga se iba de viaje a Holanda y leo en la sinopsis que se desarrolla en Amsterdam. Me ha gustado, me ha gustado mucho. La niña está increíble. El argumento abarca los sentimientos, las incertidumbres, la radicalidad, la incomprensión, el miedo a sentirse solo y abandonado, el poder del grupo, la fuerza de la resistencia, la traición, la mentira. Se trata del segundo largo de esta directora que desconocía por completo y a la que espero no perderle la pista.
Directora y guiónDorothée Van Den Berghe. Música Peter Vermeersch. Fotografía Jan Vancaillie. RepartoAnna Franziska Jaeger, Déborah François, Matthias Schoenaerts, Maria Kraakman,Nico Sturm, Ward Weemhoff. Bélgica 2009, 105 min.