Llevo mucho tiempo queriendo compartir todas las imágenes de nuestra boda con vosotros y de contaros todos los detalles pero, entre unas cosas y otras, se ha ido retrasando. Por fin he podido sacar un hueco para escoger mis favoritas y compartirlas con todos vosotros.
Para las que ya os hayáis casado, ya conoceréis la sensación y, para los que no lo hayáis hecho todavía, tenéis que vivirlo. La verdad que no entiendo muy bien a la gente que dice que no quiere casarse porque, para mi, fue uno de los mejores y más divertidos días de mi vida.Respecto a mi vestido, peinado y maquillaje, siempre había tenido clarísimo que no quería ir disfrazada. Muchos meses antes de la boda, una de mis mejores amigas me regaló el 'Diario de la novia', y en una de sus páginas podía dibujar cual sería el vestido con el que me gustaría casarme y os puedo decir que mi vestido es fiel reflejo de ese dibujo. Al haberlo diseñado yo misma y, a pesar de que me probé muchos otros vestidos, no cambié de opinión y me puse a la busca y captura de los encajes para los detalles. Finalmente encontré un precioso encaje antiguo que se incorporó a mi vestido en el fajín, los puños y el escote de la espalda. La tela era de crêpe de seda y tenía una caída espectacular.Para el peinado y el maquillaje, me inspiré en las divas de Hollywood de los años 40. El peinado era sencillo, suelto y con ondas al agua, con una diadema dorada en la parte de la coronilla, que sujetaba el velo. Para el maquillaje, quería algo sencillo, en tonos dorados, solo destacando los labios rojos, que iban a juego con mi manicura y pedicura. Lejos de escoger el clásico zapato blanco de novia, me decanté por las sandalias Lance de Jimmy Choo en color champán, que dejaban ver mi pedicura en rojo.Álex estaba guapísimo, con un traje hecho a medida en color azul a juego con la corbata, tirantes granates de Lester, zapatos oxford y unos gemelos que yo le regalé días antes de la boda.Como no podía ser de otra forma, la ceremonia y el banquete se celebraron en Zamora, en la Iglesia románica de Santa María la Nueva y en el Parador, respectivamente. La Iglesia la decoramos con paniculata y flores blancas y quedó preciosa. Nadie se quedó fuera y, para mi, una de las sensaciones más impactantes del día fue caminar hacia el altar acompañada por toda la gente a la que queremos.Para los que me preguntaron si contraté los servicios de una wedding planner, tengo que deciros que en esta ocasión quisimos encargarnos de todo nosotros mismos, con la increíble ayuda de nuestros padres y hermanos, que nos apoyaron desde el primer momento. Sin wedding planner a veces puede resultar agobiante pero, os aseguro, que los preparativos generaron un sinfín de buenos momentos junto a nuestras familias (el montaje de los misales junto a mi padre, la preparación de los detalles para los invitados con mi madre y mi cuñada y un millón más).Para la cena, optamos por mesas redondas. Los centros de mesa eran de estilo campestre, todo muy acorde al estilo sencillo que queríamos poner, ya que queríamos dejarle todo el protagonismo al impresionante patio renacentista donde cenamos. El momento más divertido fue cuando Álex y yo entramos en el patio antes de cenar, bailando al ritmo del 'Twist and shout' de los Beatles.El baile se alargó hasta altas horas de la madrugada y creo que sin duda puedo declararlo como el más divertido en el que he estado (y os juro que estoy siendo objetiva) =)Espero que os gusten las imágenes y, si os vais a casar y tenéis dudas, aquí estoy para ayudaros!
Pics by: Manu Ballesteros