Hacía unos meses que no subía ningún post de este tipo y la verdad que ya tenía ganas, porque no sólo disfruto con el post sino que también durante el viaje. Había estado en Portugal pero nunca en Lisboa y me he llevado una grata sorpresa al ver que no tiene mucho que ver con su vecino (una creencia que yo tenía asentada pensando que en algo se tenían que parecer por eso de la cercanía) pero nada que ver.
Un encanto especial de una ciudad asentada en una colina llena de casitas, las maravillosas vistas del Tajo, de adoquines, de gente, de cultura y de historia. Hacer turismo no sólo es ver lo más bonito de la ciudad sino aprender un poco de todo lo que allí aconteció y ver como en cada lugar las costumbres son tan distintas. Sintra, Belém, el Castillo de San Jorge, el Elevador de Santa Justa...
En cuestión de moda, la recomendación que os daría para visitar este país es algo muy cómodo. La ciudad está llena de cuestas y de terreno sin asfalto así que llevar tacones o incluso cuñas altas puede hacer que demos elegantemente con los dientes en el suelo portugués. Así que hay que dejar los zapatos en casa y colgarse unas buenas zapatillas o calzado anti deslizante. Personalmente elegí unas converse (ideales para combinar con shorts y demás) y unas bailarinas pero son algo de cuña, duras y la suela de goma.
Para la vestimenta pues por el día unos shorts o algo fresco, y por la noche algo largo ya que hay corrientes de aire que nos pueden dejar tiesos de frío. Por supuesto no puede faltar lo que yo llamo el Kit de Guiri en el bolso: botella de agua, mapa, gafas de sol y cámara de fotos. Y lo más importante: ganas.
Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos. (Fernando Pessoa)
xoxo
Nerea.