Hacía mucho tiempo que no salía de Madrid, quizás demasiado, y ya iba siendo hora de respirar otro aire. Aunque a poca distancia de casa, la opción de cambiar por unas horas de mundo era demasiado apetecible. ¿Destino elegido? Toledo. Una ciudad con muchísima historia, con preciosas vistas y muchos rincones por descubrir.
Me sorprendió que, a pesar de no ser de un gran tamaño, la ciudad tiene muchísimas cosas por enseñar: para todos a los que nos atrae la historia, es todo un amplio marco de referencias que dejan huella y que podemos seguir gracias a sus monumentos, calles estrechas, puentes...
Creo que este tipo de ciudades me gusta tanto porque, para mí, es importante saber lo que tenemos alrededor y cómo éramos antes.
Esto es un pequeño recorrido por la ciudad, aunque es imposible retratarlo todo con imágenes. Ahora os dejo con una muestra del look elegido para ese día, que como no podía ser de otra forma: lluvia, sol, lluvia, sol, frío, calor, me quito la chaqueta, ahora me la pongo, guardo el foulard en el bolso, lo saco, abro el paraguas, ahora no hace falta...
Gabardina y vestido camisero: Stradivarius
Chaqueta de punto: Zara
Leggins: Blanco
Bolso y botas de agua: Zapatería de barrio
Paraguas: Loewe
Colgante: Bimba&Lola (DIY)
xoxo
Nerea