Ante el estrés de la ciudad: un poco de agua, árboles y el susurro del viento, son los ingredientes ideales para recargar las pilas. Y por qué no, hacer un poco el tonto no nos viene nada mal. Ahora que me estoy volviendo adicta a la meditación, creo que es el lugar perfecto para hacerlo.
Si, las gafas me quedan grandes, pero en mi defensa diré que son "prestadas" jajaja. El propósito de la vida es vivirla, disfrutar de la experiencia al extremo, extender la mano con impaciencia y sin miedo a vivir experiencias más nuevas y más enriquecedoras. (Eleanor Roosevelt)xoxoNerea.