Recientemente se ha presentado en Nottingham (Reino Unido) la mayor flota de autobuses de dos pisos del mundo que funciona con biogás. Los 53 vehículos cuentan con una instalación propia que les suministra el combustible para dar servicio a siete rutas. Según la información de Nottingham City Transport, se dejarán de emitir al año 3.500 toneladas de dióxico de carbono, 35 toneladas de óxidos de nitrógeno y tres cuartas partes de las partículas contaminantes en comparación con los modelos convencionales. A propósito, tengo buenos recuerdos de este municipio que visité durante mi estancia de Erasmus hace ya unos cuantos años y os recomiendo que os paséis por allí, os cautivará su belleza.
El biogás es una energía perteneciente a la biomasa que procede de de la descomposición de materia orgánica por vía anaerobia (es decir, sin oxígeno) en un proceso desarrollado por bacterias. Se trata de una fuente de energía renovable que produce una mejora ambiental.
¿Qué ventajas tiene en el mundo urbano? Es capaz de generar energía eléctrica que sirve también para propulsar vehículos, con un balance neutro de emisiones de dióxido de carbono. Por ejemplo, en los autobuses de dos pisos los viajeros podrán disfrutar de un trayecto más silencioso y de servicios como cargador de batería y WiFi 4G.
¿Y en otros ámbitos? Por ejemplo, genera actividad económica en el medio rural.
Las personas tiramos desechos a la basura que son recogidos y transportados a vertederos municipales, donde una parte ellos se reciclan. Con un tratamiento adecuado, éstos pueden dar lugar a una nueva energía, el biogás, que es beneficioso para el medio ambiente y activa la “economía circular”. Además, el precio del gas natural es estable, ya que está dentro de un mercado maduro, alejado de la incertidumbre y la volatilidad que se genera en otras tecnologías energéticas inmaduras.
En Europa existen más de 350 plantas en operación de obtención de biometano a partir de biogás. España cuenta actualmente con 20 instalaciones de biogás procedente de residuos sólidos urbanos, y más de 40 instalaciones de biogás procedente de residuos agroganaderos.
El uso de gas renovable en las infraestructuras gasistas existentes podría desempeñar un papel importante en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Uno de los objetivos climáticos del acuerdo de París es el gas renovable que permitiría un ahorro de unos 140.000 millones de euros anuales a partir del año 2050.
En resumidas cuentas, el biogás es un tipo de energía que está demostrando ser positiva para nuestro entorno y en algunas ciudades del mundo ya se está aplicando en ámbitos concretos para aprovechar sus cualidades naturales. Por ello, sería positivo fomentar un uso más continuado del biogás.