Revista Libros
Desde hace unos días quería hablar de esta nueva editorial pero por una cosa u otra no he podido, pero ahora que he encontrado un momento quiero hacerlo ya que siento que voy a disfrutar de sus libros y como yo, muchos también pueden hacerlo. Se trata de Maresia
La literatura brasileña atraviesa hoy uno de los momentos más prometedores y fructíferos de su historia, mostrando una riquísima variedad de autores, temas y opciones estéticas. Son síntomas de esta vitalidad creativa tanto las nuevas generaciones de creadores surgidos en las últimas décadas como el creciente reconocimiento internacional del que gozan. Sin embargo, esta pluralidad de propuestas literarias (en narrativa, pero también en poesía, teatro o ensayo) es prácticamente inédita en lengua castellana.
Maresia es una editorial independiente con sede en Barcelona que nace con la ilusión de paliar parte de este desconocimiento. Nuestro objetivo es editar, distribuir y difundir entre el público lector de España y Latinoamérica una muestra significativa de las letras brasileñas. En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, la literatura carece de centro de irradiación o de prestigio; es excéntrica por naturaleza. Lo local es global, y viceversa. En Maresia nos anima el deseo de que la literatura brasileña sea seguida en un futuro no muy lejano de manera regular por los agentes y las gentes del ecosistema del libro en español, tal como la literatura anglosajona, francesa, argentina o nórdica. Un mundo, muchas voces.
Entre sus novedades tienen títulos interesantes, pero les voy a hablar de las que leeré próximamente, pues sinceramente me hace ilusión.
Premio JABUTI de novela en 2013: el galardón más importante de las letras brasileñas.
En este bello y devastador El mendigo que sabía de memoria los adagios de Erasmo de Rotterdam, Evandro Affonso Ferreira —autor de culto en Brasil para una inmensa minoría, un clásico en vida— aborda la soledad, la locura, la decrepitud o la muerte como evidencias inexcusables de la existencia humana.
El mendigo… es la historia de un hombre re nado y culto, profundo conocedor de la obra del lósofo holandés, que, después de ser abandonado por su amada sin más ceremonia que una escueta nota —«SE ACABÓ. ADIÓS»—, pierde la razón y vagabundea por las calles de São Paulo a la búsqueda de destellos poéticos que mitiguen su radical desamparo. Metáfora de la desarraigada condición humana, el mendigo dese ará el olvido y la desesperanza —«ELLA VOLVERÁ. LO SÉ»— escribiendo a lápiz su nombre —una N— en los espacios aún vacíos de la urbe y trayendo a la memoria los momentos plenos de intimidad afectiva e intelectual compartidos con su amor, «antes de que el tiempo, la tormenta, el viento los borren para siempre»
El fotógrafo Cauby, convaleciente en una modesta pensión de una ciudad fronteriza de Pará (Brasil) agitada por la ebre del oro, rememora su historia de amor clandestino con Lavinia, una mujer tan seductora como inestable casada con Ernani, un pastor evangélico. A pesar de todos los riesgos —«Quisiera saber cuántos tuvieron el valor de ir hasta allí. Al encuentro del nal. Yo lo tuve.»—, Cauby decide cumplir su destino con el fatalismo de los héroes trágicos.
Yo recibiría las peores noticias de tus lindos labios es un relato conmovedor construido bajo el signo de la espera: la de Cauby, que nunca sabe cuándo y qué Lavinia —la que es fuego, la que es hielo— irá a visitarlo para compartir tardes de sexo intenso y urgente; la del calvo, memorable personaje que malgastó sus días en una estéril pasión platónica; la del periodista Viktor Laurence, que maquina en secreto una terrible venganza contra sus enemigos; la de la propia ciudad, donde palpita una violencia a punto de estallar. Una ciudad en donde nadie mira a los ojos, habitada por mineros, buscavidas, prostitutas, mercenarios y una compañía minera que extiende un manto de polvo amarillento sobre callejones y plazas. Y en el centro de esta vorágine, la crónica de un amor inolvidable, auténtico, trasunto de un Brasil que reivindica la vuelta del tiempo de los héroes y el derecho a desear lo imposible: «Queremos lo que no podemos tener —asegura el profesor Schianberg, el más oscuro de los lósofos del amor—. Es normal, incluso saludable. Lo que distingue a una persona de otra es cuánto desea cada una aquello que no puede poseer. Nuestra ración de polvo de las estrellas».
¿Qué os parecen? a mí me gustan, pero tengo que reconocer que sobre todo el primero, tengo la sensación de que será una buena lectura, de una editorial que puede darnos muchas sorpresas.
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