Nacen en Bélgica "Las casacas amarillas", movimiento de católicos y agnósticos en contra de la eutanasia infantil. Reproduzco una entrevista publicada en ReligiónenLibertad:
"Queremos despertar la conciencia del pueblo belga y detener la extensión de la ley de la eutanasia a los menores».
Drieu Godefridi protesta contra «una ley extremadamente problemática»,
como portavoz del recién nacido movimiento belga las “casacas amarillas”
(les Dossards Jaunes, www.dossardsjaunes.be).
-¿Quiénes son las “casacas amarillas”?
-Somos un grupo de jóvenes, católicos y agnósticos, como yo, que tienen
en común un fuerte escepticismo ante la ley de la eutanasia.
-¿Por qué sois escépticos?
-Somos escépticos porque la ley está fuera de control. La Comisión que
debería verificar la falta de abusos desde el 2002 ha visionado 6.500
casos y no ha encontrado nunca una irregularidad.
-Tal vez por qué no las hay…
-Todos saben que las hay. Un médico muy famoso aquí, en Bélgica, el Dr. Cosyns, en 2007 declaraba públicamente: «No consulto nunca a un segundo médico» en los casos de eutanasia, como exige la ley.
Y el año pasado ha dicho ante el Senado que lo llamó, en calidad de
experto, para discutir la extensión de la eutanasia a los menores: «Desde 2001 ya no refiero a la Comisión los casos de eutanasia». Ha admitido ante todos que viola la ley y ningún juez ha abierto una investigación.
-¿Qué proponéis entonces?
-Queremos al menos que se vuelva a crear la Comisión de control, porque
la mayor parte de sus componentes se han declarado pro eutanasia y las
víctimas podrían ser los niños. Es obvio que si todos están a favor no hay control.
-¿Sólo esto?
-No, nosotros protestamos también contra la extensión de la eutanasia a
los niños, porque no son capaces de hacer una elección tan importante a
los siete años. Es necesario que los partidos que están en el
Parlamento bloqueen la ley, también porque durante la última campaña
electoral ninguno de ellos la había propuesto. Por tanto, no tienen ningún derecho en llevarla adelante.
-Sin embargo, la ley ya ha sido aprobada por el Senado. ¿Cuándo llegará a la Cámara?
-Aún no se ha decidido una fecha. Sin embargo, seguramente, antes
del 16 de febrero porque deben darse prisa y votarla antes de mayo,
cuando habrá nuevas elecciones. Por esto, sería suficiente retrasarla;
bastaría con que los partidos hicieran obstruccionismo proponiendo
enmiendas. Pero en el Senado no han hecho nada, no ha existido debate.
-Hasta ahora, los belgas no han protestado mucho contra le ley.
-Esperamos ver miles de personas, aunque nosotros no somos como Francia, dónde están acostumbrados a discutir y a manifestarse. Nosotros, en Bélgica, somos muy pasivos, sobre todo cuando se trata de temas éticos. Queremos despertar la conciencia del pueblo belga y hacer que la eutanasia sea un tema central en la próxima campaña electoral.
-¿Por qué los partidos insisten tanto para aprobar esta ley?
-Temo que haya intereses económicos. La alternativa a la
eutanasia está representada por los cuidados paliativos, que son muy
caros. Nadie en el Parlamento lo admite de manera explícita, pero todos
están preocupados por los costes.