Nacimiento de un libro

Hay días en los que uno no sabe qué escribir, aunque tenga un blog y se suponga que, sólo por eso, tiene facilidad de palabra.

Yo la facilidad de palabra la he tenido desde siempre. Mi madre solía decirme que no callaría ni debajo del agua y he llegado a dejar a gente agotada con mi verborrea. Poco a poco, normal, me he ido controlando, sobre todo desde que escribo, no en este blog, sino en general, porque me expreso bastante mejor por escrito. Mis ideas se muestran más ordenadas y, en fin, tengo la suerte de teclear a la misma velocidad que piensa mi cerebro, cosa que a la hora de hablar hace que, algunas veces, me trabe.

En fin, vaya rollo para nada. El caso es que hoy, día en el que se ha muerto Leopoldo María Panero del que, mátenme, no tuve el gusto de disfrutar su poesía en vida; no tengo mucho que escribir, por no decir que nada.

Sin embargo, sí tengo algo que compartí por Twitter hace unos días, y que me apetece también compartir por aquí porque, además, hace mucho que no subo un vídeo al blog. Así que recuéstate en el sitio donde estés sentado, y si vas andando (con esto de los móviles nunca se sabe), espera a llegar a casa. Respira hondo, relájate y dale al play:

Así es como nace un libro. (Twittéalo)

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