Revista En Femenino
Después de casi 9 meses de dulce espera llegó el anhelado momento, todos los padres sin excepción esperamos que nuestros hijos vengan al mundo en las mejores condiciones de salud y bienestar.
Todo arrancó un día antes en horas de la mañana cuando por recomendación médica asistí a un control, ya era inminente que en cualquier momento nacería la bebe, en este control el médico dictaminó el nacimiento en las 72 horas siguientes, que según mis cálculos mentales sería como 72/24=3..tres días me parecieron una eternidad en un comienzo, pero luego me pareció razonable porque hasta ahora comenzaba el proceso de dilatación, estaba en 1, llegar a 10 sería todo un reto.
La recomendación fue esperar, como si no hubiera esperado ya suficiente, siguiendo los consejos sabios de la familia y para ayudar en el proceso de dilatación me decidí a caminar, fueron unas largas 5 cuadras en 20 minutos hasta llegar al trabajo, el día se tornó largo y tedioso, en mi mente estaba presente todo menos el trabajo.
No entiendo como una tiene que trabajar hasta último momento si el cuerpo apenas se puede desplazar y los dolores y calambres se hacen frecuentes, parecía que la ley colombiana no entendía mucho de maternidad, pero se está poniendo a la altura y ahora la licencia arranca dos semanas antes de la fecha probable de parto, aunque no he oído en los medios que esté en vigencia… después de un largo día laboral comenzaron las contracciones como un dolor fuerte y profundo en la parte baja del vientre, no sabía que eran contracciones hasta que me acordé de la explicaciones que me dieron en los talleres de preparación, en un comienzo pensé que era el dolor por el cansancio de un largo día, comencé a llenar mi parto grama y a lo largo de una noche eterna me di cuenta que era la mejor idea que había tenido, al menos me distraía un poco del dolor causado por la contracción, además de ser muy útil para hacer seguimiento a las contracciones.
Al día siguiente y después de que en el parto grama la frecuencia llego a 2 cada 10 minutos decidí ir a la clínica donde estaba programado el parto. La regla mágica de 3 contracciones en 10 minutos con una duración de 1 minuto aproximadamente se cumplió camino a la clínica, al llegar el médico indicó que la dilatación estaba en 6,5, me pareció lo máximo eso quiere decir que falta menos de la mitad, he oído de muchas mamás con contracciones fuertes y muy poca dilatación, me sentí afortunada. Comenzó todo el proceso de alistamiento que incluye despojarse de toda la ropa, usar una bata de clínica (me tocó una muy pequeña y no me la cambiaron) , monitoreo del bebe, canalización de vena, etc…me llevaron a la sala de parto que era compartida y estaba justo en la mitad, a mi lado derecho una adolecente que gritaba todo el tiempo y cada que pasaba una enfermera o medico la regañanaban, a mi lado izquierdo una mujer madura en trabajo de parto hacía día y medio, el panorama no era muy alentador, observando mi propia realidad me concentré en lo que tenía que hacer…respirar y conservar la tranquilidad, recuerdo como anécdota que me ofrecieron la epidural y ya me la iban a colocar, pero le dije a la enfermera que mi bebe estaba a punto de nacer, ella díscola pareció no creerme, sin embargo ante mi insistencia un tacto ratificó lo dicho y salí casi inmediatamente hacia la sala de cirugía, luego de cuatro horas mi bebe llegó y su primer llanto borró cualquier sensación de dolor, cansancio intranquilidad y molestia con una atención deficiente en el servicio de salud.