Uno de los "intelectuales", sobre los que hablan Manuel Rico, Hugo Martínez Abarca, Javier Vizcaíno o José María Izquierdo, me compara con un pervertido sexual por ser antitaurina. Otro... bueno, otro.
Me dice Otis que estas cosas que leo me causarán una úlcera. Y tiene razón. Pero no porque me saquen de mis casillas, sino por lo que esconden detrás.
En lo que llevamos de milenio el entorno político, económico, social y cultural se ha transformando radicalmente. Vivimos en la incertidumbre, en la inseguridad. Al integrarnos en la UE ha desaparecido la moneda, se han suprimido fronteras, ha habido una pérdida de soberanía (aunque la gente de a pie no conoce la teoría, sufrirá la práctica). La globalización liberal ha destruído el estado del bienestar y el poder económico es el que determina ahora el poder político. Tras el 11-S, se ha extendido la idea de que los musulmanes, y por consiguiente los inmigrantes magrebís que nos llegan, son terroristas. Las nuevas tecnologías nos acercan a un mundo que nos asusta.
No todos los ciudadanos entienden estos cambios como positivos. Yo misma reniego de muchos. Bien por nuestra escasa cultura en estas lides, bien porque sea verdad, a todo esto hay que añadirle la consideración de que nuestros gobernantes no dominan la situación, además de que son unos corruptos, unos ladrones, unos mentirosos, unos incapaces y muchas cosas más que podéis completar a vuestro antojo.
Las personas más vulnerables de nuestra sociedad, es decir, paradas, obreras, jóvenes, pobres, jubiladas, ancianas, etc. necesitan soluciones sencillas porque entienden que este sistema político no les defiende.
Las personas más ricas, temen cualquier iniciativa de redistribución de riquezas y aumento de los impuestos. Acostumbran a tener una concepción muy tradicional, muy homogénea y muy clasista de la sociedad y abominan de cualquier modificación de su composición étnica y religiosa.
En estas condiciones observo un resurgimiento de un fascismo maquillado, de unos planteamientos de ultraderecha nacional-populista recogidos por muchos medios de comunicación y partidos políticos, que se caracterizan en general por:
- haber abandonado el culto al estado y aceptar el juego democrático
- ser fervientes partidarios de la restauración de la autoridad, de la severidad, de la mano dura con la delincuencia y de una justicia rápida que castigue sin miramientos
- ser nacionalistas excluyentes y exaltar la identidad y el patriotismo
- ser ultraliberales en economía y a la vez proteccionistas feroces y partidarios de la supresión de los impuestos
- ser partidarios de los nacionales frente a los extranjeros propugnando su expulsión o la criminalización de clandestinos
- oponerse al multiculturalismo, ya sea religioso (el islam les horripila), lingüístico, etc., ya que la inmigración representa la suma de todos los males y de todos los miedos: el robo del trabajo, la delincuencia, la droga, la amenaza religiosa, la degeneración de "la raza"...Estos partidos se nutren tanto de votantes habituales de izquierda como de militantes de la derecha tradicional, al igual que la propaganda de esos medios y las opiniones de esos "intelectuales". Y es un hecho que aprecio tanto en Europa como en el reino (aquí con sus peculiares características folclóricas de pandereta y cabra legionaria).
Ojalá me equivoque, pero me da miedo.
Cartel de 1939 visto en Fusilados de Torrellas
La noticia antisionista:
Un niño de 14 años en coma
En la aldea de Nebi Salah, Ehab fue alcanzado en la cabeza en la cabeza por una bala de acero recubierta de goma.
El tiroteo tuvo lugar el Día Internacional de la Mujer durante una protesta por la actual apropiación de tierras.