"¿Cómo odia uno a un país o lo ama? ...Yo no soy capaz. Conozco gente, conozco ciudades, granjas, montañas, ríos y piedras, conozco cómo se pone el sol en otoño del lado de un cierto campo arado en las colinas; pero ¿qué sentido tiene encerrar todo eso en una frontera, darle un nombre y dejar de amarlo donde el nombre cambia? ¿Qué es el amor al propio país? ¿El odio a lo que no es el propio país? Nada bueno. ¿Sólo amor propio? Bien, pero no es posible hacer de eso una virtud, o una profesión... Mientras tenga amor a la vida amaré también las colinas del dominio de Estre, pero este amor no tiene fronteras de odio. Y más allá, soy ignorante, espero."
Ursula K. Le Guin, "La mano izquierda de la oscuridad".