Las ondas electromagnéticas pueden reportar efectos nocivos en la salud. ¿Verdadero o falso? He ahí la eterna cuestión y un debate no exento de polémica. Mientras los expertos no se atreven a sacar conclusiones ni avalan manifestaciones clínicas preocupantes, diversos estudios sugieren cierta asociación entre este tipo de ondas y problemas neurológicos, reproductivos e incluso la aparición de tumores. Por ello, indican que a priori no entrañaría ningún riesgo, pero no descartan que a largo plazo surjan evidencias científicas que digan lo contrario.
Los resultados de un estudio preliminar, publicados en el último número de Journal of the American Medical Association, sugieren que la utilización del móvil durante cincuenta minutos diarios se asocia con un incremento en el metabolismo de la glucosa en el cerebro en la región neural más próxima a la antena, aunque se desconocen las consecuencias clínicas.
Carlos Tejero, vocal de comunicación de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que lo interesante del estudio es que “la proximidad del cerebro a este tipo de ondas desvela que este reacciona ante agentes externos que no pasan por el oído”, circunstancia que daría pie a numerosas investigaciones, pero que “en ningún momento se define como positiva o negativa para la salud”.
CONTROL DE IMPULSOS
Otro posible efecto que apunta Pablo Martínez-Lage, coordinador del grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, consiste en observar si tras una conversación larga la persona se muestra más desinhibida; es decir, “al hablar se activa la zona orbitofrontal, que es la que ayuda a controlar los impulsos y mantener las normas sociales, y hablar demasiado puede provocar que se baje la guardia”, aclara.
Pese a que en humanos no hay datos concluyentes, en modelo animal sí existe un estudio que apunta que la memoria a corto plazo se podría ver afectada por la radiación del celular. El trabajo, realizado por la Universidad Nacional de Atenas y publicado a finales de 2010 en Pathophysiology, reveló complicaciones graves en los procesos de la memoria de reconocimiento de los ratones.
También se ha descrito cierto efecto en el impacto de la radiación en la reproducción masculina. Investigadores del Hospital General de Nanjing (China) sugieren que puede causar lesiones estructurales y funcionales en los testículos, reducción de la concentración de espermatozoides y, en consecuencia, el declive de la fertilidad masculina. Sin embargo, no especifica el tiempo de exposición.
En la última década, el uso de móviles ha crecido un 100 por ciento. Paralelamente, lo han hecho los estudios que tratan de analizar los posibles riesgos de una carcionogénesis producto de la radiación electromagnética de los dispositivos. Sin ir más lejos, una revisión de 33 trabajos realizada por la Universidad de Viena concluyó que la evidencia general habla de un mayor riesgo de neoplasias por su uso, pero “su magnitud no se puede evaluar por la insuficiente información sobre sus efectos a largo plazo”. Emilio Alba, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se muestra de acuerdo con esta última declaración y añade que “hasta hoy sólo en trabajos hechos con células se ha visto que se producen alteraciones en los cromosomas, pero sigue sin haber datos en humanos”.
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