Por sus protagonistas, esta narración se adscribe también a ese grupo de novelas de adolescentes que se inician a la vida adulta a la que pertenecería sin lugar a dudas “El señor de las moscas” obra a su vez del autor británico William Golding (1911-1993), y con la que por la crudeza de algunas escenas está claramente relacionada.
Tema: El sentido de la existencia.
ResumenLos alumnos de séptimo A de la escuela de primaria de Taering, un barrio de una mediana ciudad de provincias danesa se ven conmocionados cuando su compañero Pierre Anthon decide abandonar las aulas y cual Simón Estilita se sube a un ciruelo desde el que lanza cuestiones nihilistas a sus compañeros. Estos quieren hacerle bajar de su pedestal y se confabulan para hacerle ver al compañero disidente que la vida sí tiene sentido, que hay cosas por las que luchar, cosas que merecen la pena vivirlas o hacerlas. Y para demostrarlo van a entregar a petición de otro aquello que les sea solicitado por muy preciado que esto sea: unas sandalias verdes, una bicicleta amarilla recién adquirida, un canario,… Así construirán en una serrería lo que llamarán un “montón de significado”. Pero las entregas van ascendiendo de nivel y de pequeñas cosas se pasa a otras mayores… Se convierte, pues el montón, en un caos, una vorágine, una borrachera informe de elementos preciados y muy significativos para cada uno que sólo se detendrá cuando uno de ellos, Jan Johan, cuente todo lo sucedido.
Con el escándalo los chicos y la localidad obtienen notoriedad periodística llegando a interesarse por el fenómeno hasta el MOMA de Nueva York que ofrecerá más de 3 millones de dólares por el "montón de significado".Si tanto significado tiene vuestro montón por qué lo vendéis –les dice Pierre Anthon. Y Sofie que ha entregado mucho se niega a la venta lo que desemboca en una pelea entre los chicos que aprovechará Agnes, la narradora, para llegar hasta el ciruelo de Pierre Anthon y pedirle que se acerque a la serrería. Al llegar allí, Pierre Anthon les recrimina su pelea con razones de peso. Pero no le harán caso porque todo ha sucedido por culpa suya. Un incendio provocado por los chicos arrasará todo reduciéndolo a cenizas. A lo sucedido los adultos buscarán una cómoda explicación propia de adultos y, por lo tanto, equivocada, claro.
Personajes üEl profesor: Eskildsen. No se entera de nada. Vive en su mundo de adultos.
üLos niños: Dentro del grupo destacan dos chicos por encima de los demás. Son Agnes, la narradora, y Pierre Anthon, desencadenante de todo cuanto sucede en el relato:
o Pierre Anthon: Representa a los adolescentes rebeldes que se cuestionan TODO, pero que a buen seguro tras esta etapa transitoria suelen acabar reintegrándose en el sistema que tanto decían abominar. Su individualidad e independencia no será asumida por el grupo que, primero, quiere absorberlo para posteriormente hacerle blanco de su ira e inseguridades.o Agnes: Es un narrador-testigo que plasma con objetividad lo que vivió, pese a no entenderlo con claridad en ese momento.
El resto de personajes adolescentes podemos distribuirlos en dos apartados:
- Grupo de los ‘inocentes’: formado por aquellos que como la narradora están todavía más próximos a la niñez que el resto. Allí estarían Rikke-Ursula (la de las trenzas azules), la guapa Rosa, el religioso Kai y otros más.
- Grupo de los 'ya-no-tan-inocentes': formado por Sofie, Hans, Ole… Entre ambos subgrupos encontraríamos a otros partícipes de ambos como Gerda y Jan Johan.
Sentido del relato La autora, Janne Teller, cuenta al final de la obra, seguramente como defensa al revuelo que la misma ha organizado en muchos de los países en los que se ha publicado, que su gestación vino dada como respuesta a la petición que le formuló una editorial danesa de que escribiera algo para adolescentes.
Aunque lo primero que hizo fue dar el no por respuesta, asegura Teller que al poco se instaló en su cabeza esa indolente afirmación tan presente en no pocos adolescentes:
Nada importa, nada tiene importancia. Para qué hacer nada si nada tiene interés.Y así fue como se decidió a escribirla pensando en ella misma cuando tenía esa edad, 14 años, en que surgen las grandes preguntas y se quiere obtener respuestas nada fáciles de dar.
Su intención, pues, era bien clara: hacer un relato para adolescentes sobre adolescentes que buscan respuestas en su iniciación a la edad adulta. Y se montó el follón. Un follón de adultos superprotectores que piensan que sus crías son muy débiles y que no saben separar el grano de la paja, la ficción de la realidad. Son adultos que no saben ver más allá de sus narices y que no entienden el auténtico sentido de la vida que la propia autora explicita al final del cuento:
A largo plazo Pierre Anthon tiene razón, pero vivimos aquí y ahora, y en este espacio temporal sí que hay cosas por las que luchar.Por lo demás la novela da un buen repaso a todo lo que viene a sostener la sociedad en la que estamos: -Religión; -Sexo; -Mentira (engañar a los padres, por ejemplo); -Crueldad infantil; -Relaciones Padres – Hijos; - Mercantilización de todo; -Sentido grupal; -Culturas distintas que coexisten; etc,., etc..
FinalEs, en fin, una novela que trata los asuntos que se abordan o se deberían de abordar en las familias y en los Centros educativos cuando los chicos y chicas llegan a la edad "conflictiva", la adolescencia. Sin embargo a menudo todos, padres y profesores, evitamos o retrasamos en exceso el momento de tratarlos por la dificultad que entraña el no saber hasta qué punto el receptor de ellos precisa de la explicación. Los padres inmersos en sus obligaciones laborales y los profesores en sus exigencias curriculares olvidan que aquellos niños tan inocentes están entrando en un mundo del que nada conocen y en el que necesitan pautas claras.
Por lo anterior es por lo que con frecuencia los educadores -y también los padres, claro- echan mano de obras que pueden servir para hacer reflexionar a los chicos sobre esta etapa cambiante. Dentro de esta categoría entrarían novelas como: "El arpa de hierba" de Truman Capote, "El guardián entre el centeno" de J. D. Salinger, "El lamento de Portnoy" de Phlip Roth, y tantas otras.
Entre nosotros dentro de la categoría de novela de adolescencia, de iniciación ("bildungsroman" dicen los teóricos de la narrativa) o de formación estarían desde "Lazarillo de Tormes" en el que se obvian los años difíciles de esta etapa vital o se despachan en dos capítulos supercortos dada la dificultad de escribir sobre los mismos hasta "Días de Reyes Magos" de Emilio Pascual pasando por la muy celebrada y única en la producción de la autora "Nada" de Carmen Laforet. Y si de la novela nos vamos al terreno del ensayo allí la conocidísima obra de Fernando Savater "Ética para Amador" se lleva la palma.Sí, -y concluyo-, ahora entiendo por qué la novela de Janne Teller aparece en tantas bitácoras de jóvenes recién salidos de la adolescencia o que se encuentran aún en fase de crisálida. Porque sirve, ¡y mucho!, para entender el sentido de la vida, o su sin-sentido, según se mire.