Revista Religión
“Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, se acercó a El una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre Su cabeza cuando estaba sentado a la mesa.
Pero al ver esto, los discípulos se indignaron, y decían: “¿Para qué este desperdicio? Porque este perfume podía haberse vendido a gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres.”
Pero Jesús, dándose cuenta, les dijo: “¿Por qué molestan a la mujer? Pues buena es la obra que Me ha hecho. Porque a los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a Mí no siempre Me tendrán. Pues al derramar ella este perfume sobre Mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.
En verdad les digo, que donde quiera que este evangelio se predique, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho, en memoria de ella.”
Que hermoso ver como las palabras de Jesús se siguen cumpliendo, porque cielo y tierra pasarán pero su palabra no pasará, esta historia de esta mujer se sigue contando donde quiera que el evangelio es predicado, tu la acabas de leer y al hacerlo estas dandole cumplimiento a las palabras de Jesús.
¿No te parece maravilloso? Aquí hay una declaración de Jesús, que cada vez que nosotros leemos y compartimos esta historia, estamos uniendo dos momentos historicos, el momento en el que pasó con el momento actual en el que estamos compartiendo esa historia.
A mi me estremece pensar como algo tan simple como compartir una historia como esta, es un cumplimiento de las palabras de Jesús, ¡somos participes de la historia de Dios! desde las cosas más sencillas participamos de su gran Plan, de su Plan de las Edades.
Que hermoso es esto, simplemente sonrío al pensar en como cualquier acto, cuando lo haces para Jesús, nunca será un desperdicio y su repercusión puede afectar generaciones enteras, esta mujer nunca imagino que alguien como tu o como yo, que hablamos otro lenguaje, que estamos 2000 años después, estaríamos siendo ministrados con lo que ella hizo.
No te desanimes, nada de lo que haces para Jesús es en vano y aún si la generación que te rodea no lo aprecia, no te preocupes que las futuras generaciones lo harán, si algo nos ha enseñado la historia del pueblo de Dios es que el pueblo de Dios tiende a matar a sus profetas mientras viven, para luego honrarlos una vez muertos.
Todo lo que emprendas, hazlo para Él, de Él obtendrás recompensa, y nada, absolutamente nada es en vano, mira esta hermosa mujer, un solo acto en el nombre de Jesús y su historia repercute a través de los siglos y las edades.
-.Inspirado en el TcD del 16 de Marzp de 2016, Mateo 26:1-16.