En este universo, aparentemente infinito, en que habitamos, se dice que “las posibilidades son casi infinitas”, pero ha surgido un gran inconveniente, es ese fenómeno natural conocido como “vida”, y que al parecer no es tan común ni frecuente como muchos otros fenómenos en el universo, al grado que solo se ha limitado a dar muestras de su existencia en nuestro planeta.
De hecho, un fenómeno todavía mucho ás extraño es el de la “vida inteligente”, que es mucho más escaso, al grado de que de los millones de especies que habitan el planeta Tierra, solo la raza humana ha logrado desarrollarla, a pesar de algunas limitaciones y con algunas excepciones.
Hoy en día son muy pocas las instituciones científicas que se dedican, de forma seria y objetiva, a la búsqueda de vida fuera de nuestro mundo; por décadas destacó por encima de todas ellas el instituto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) quien con su grupo de investigadores escudriñaron el universo en búsqueda de esas pistas que puedan señalar que no estamos solos en el universo.
Pero luego surgen esos personajes que preguntan ¿y todos esos avistamientos de ovnis? Pero la realidad es que, hasta este momento, ningún avistamiento de presuntos ovnis, ha dado los más mínimos indicios de que se trate de algo de origen extraterrestre. Todos los avistamientos han sido dentro de nuestro mismo campo de acción, tanto en el espacio exterior como en nuestros cielos, y las explicaciones a sus apariciones son netamente del terreno de lo normal, por no decir que muchos sólo son simples engaños.
Incluso ninguna de las supuestas imágenes que han sido captadas fuera de nuestro planeta, han aportado algo de valor, todo lo contrario, solo pone en evidencia la ignorancia de las personas sobre como funciona la mecánica y la física en el espacio exterior. Los videos de basura espacial como mangueras, tornillos, bolsas de herramientas y hasta cobertores de astronautas son lo que los pseudo-ufólogos quieren vender a los aficionados como si fueran naves extraterrestres.
Las ilógicas “interpretaciones” de imágenes espaciales, como las captadas por la sonda SOHO, creada para estudiar al Sol, son otro ejemplo de lo que la pseudo-ufología es capaz de hacer. Esos pseudo-investigadores quieren ver naves extraterrestres donde no hay nada de eso. Y se hacen los “mártires”, cuando ellos son los que están cometiendo los fraudes y propagando la charlatanería.
La patética frase de que “el universo es muy grande para que estemos solos” se derrumba por la evidente ausencia de pruebas de vida fuera de nuestro mundo. Y presuntas evidencias de vida extraterrestre en nuestro planeta, se desmoronan de tantos sofismas que utilizan para justificarlas, como las falsas esculturas mayas con dibujos de extraterrestres o las falsas momias extraterrestres de Nasca, en Perú, un vil timo que denigra al tema y que es un insulto para el intelecto humano.
Pero lo peor de todo esto no son los timadores del “fenómeno extraterrestre”, el verdadero problema son los fanáticos seguidores y adoradores de sus mentiras, los ufólatras, que no tardan de disparar sus ataques en contra de quien ponga en duda esas “pruebas” o desenmascare dichos fraudes.
¿Qué pobre nivel intelectual puede tener una persona que defiende fraudes y charlatanería? ¿Qué nivel de ignorancia se necesita para creer que un globo arrastrado por el aire es una nave extraterrestre? ¿Qué tan inculta puede ser una persona para creer ciegamente en cuentos de “contactados” y “canalizadores” que exigen adulación por su “encuentro”?
El grabar un globo, una bolsa llevada por el aire, insectos o aves mal enfocados no te hace un investigador, mucho menos te convierte en ufólogo, solo si te dedicaras a resolver esos casos y desmitificarlos podrías llegar a serlo. El perseguir extraterrestres es como los que persiguen fantasmas, persiguen cuentos, pero no los quieren alcanzar, porque se les termina el cuento.
Los extraterrestres están igual que los fantasmas, los ángeles o los duendes, no hay evidencia de su existencia real, diga quien lo diga, no hay tales evidencias de ellos. Todo indicaría que esos extraterrestres y demás entes míticos que tanto veneran algunos son solo eso, simples fantasmas que habitan en sus vacíos existenciales.
Nada es extraterrestre, paranormal o divino hasta que se demuestre lo contrario.
Ahí se las dejo de tarea.
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