La vergonzosa fiesta.
No hay nada malo en que una nación instituya un día simbólico para cohesionar y reafirmar la propia existencia, el propio Ser. Casi todos los pueblos lo tienen, y en general, todas las asociaciones, congregaciones, y municipios.
Basta que sea una comunidad de personas reunidas en torno a algo para que esto suela ocurrir, pero el problema no es que se celebre, sino qué se celebra, y cómo.
Usualmente se suele celebrar el dia “del nacimiento” del ente en cuestión, o algún día señalado de apuntalamiento o salvamento del ente. La persona, incluso, celebra el día que nace. Es el reconocimiento de que aquel fue un día gozoso, creativo, y positivo en sí mismo, que le ayudó a persistir, o que le hizo existir. En algunos pueblos indígenas, la persona celebra más el día ritual de su entrada en madurez que su nacimiento fisiológico, entendiendo que el día importante es el de la emancipación, el que uno comienza a “ser” por sí mismo, que el día de la llegada al mundo. De alguna manera se entiende que es todo un logro sobrevivir hasta el día en que uno puede decir que ya es un ser por sí mismo.
El matrimonio, o la pareja celebra el día en que esa pequeña nación, nació. El día de la boda, o el de su inicio de relacion especial. Muchos estados celebran el día simbolico de su nacimiento cuando celebran el día de proclamación de independencia, el día de elaboración de consenso (constitución del ente) o el día del paso de un regimen no comunitario (monarquía) a otro compartido y comunitario (República). Asociaciones culturales, clubes deportivos, religiones, celebran un día relevante de su aparición en el mundo.
Es un día que valora lo creativo, “se nace”. Y si no se sabe el día de aparición, como es el caso de muchos municipios, se celebra el día del santo que con su “magia” ha ayudado a pervivir o a impulsar al pueblo con sus favores e intercesión.
España no celebra nada de esto, el día de España no es un día en positivo, de autocreación que esté dirigido a uno mismo y parta de uno mismo. No celebra su aparición, fundación, salvación, o pervivencia. Celebra su agresión a otro. Creo que puede ser el único país que en vez de celebrar la existencia propia, se celebra la invasión de otro.
Podría incluso comprenderse que España celebrara como día nacional el 2 de Mayo, que aún siendo un acto agresivo y violento, se produjo para recuperar la independencia, y la supervivencia como ente diferenciado de otros (ser), y no como el 12 de Octubre. Así como el pueblo ruso celebra la victoria sobre el ejército invasor nazi, hecho que aun siendo bélico, es glorioso y supuso un “volver a nacer”.
Así pues no dice mucho en favor de un pueblo, el hecho de haber decidido que su “día grande” no tenga que ver con su instauración, reinstauración o recuperación, sino el día que comenzó la agresión e invasión de otros pueblos. Imaginemos a Japón instaurando su día de la nación el día que invadió China, o que un niño en vez de celebrar como “su gran día” el día de su nacimiento, celebrara el día que pegó una paliza al compañero de clase, y no precisamente para emanciparse del acoso escolar de un matón y que ese día recuperara su “ser”, sino porque él era el matón.
No sólo es una vergüenza y muy significativo de la personalidad de quien celebra eso, por lo que supone, sino que supone un oprobio para el invadido. Nadie celebra que le invadieran (nadie excepto quizás Miguel Sanz y UPN-PP navarro que se disponen a celebrar el día que les conquistaron 1512-2012, indicando que se consideran no descencientes de los vencidos, sino de los conquistadores o de sus colonos).
Todas la papanatadas posteriores que se articulan con ropajes complicados para justificar no cambiar el día como son :”Celebramos el encuentro de dos culturas” (¿Encuentro??) “Se Celebra el Descubrimiento” o “Se celebra la Hispanidad cultural (dícese españolidad) de todas aquellas tierras“, no son más que eso, papanatadas construidas para el autoengaño ex-profeso, y con vocación hasta de ser creídas por uno mismo como si eso cambiara la realidad, y en la mayoría de los casos no hacen sino aumentar el desvarío y seguir dando pistas de la falla psicopática que las origina.
Se habla de “Descubrimiento” como si el otro no existiera realmente hasta que uno “lo vio”, y es entonces cuando entran en la Historia (por lo tanto nos deben hasta estar agradecidos). Una verdadero problema patológico de ego-etnocentrismo.
Hablan otros de una evidente superioridad moral/cultural de la España medieval del siglo 15 sobre la americana (como si un mayor desarrollo justificara la agresión y dominio), ridiculizando sus constumbres, pero ignorando u obviando que la España del siglo 15 era la que quemaba mujeres en hogueras acusadas de endemoniadas, la sociedad era de vasallaje al señor feudal, pillaje generalizado. No mucho más excelente que la que hubiera en América. De hecho este es el mismo mecanismo mental justificatorio que usaron entonces en España para expoliar. Tenían considerado teológicamente y legalmente que el indígena, no era realmente “persona”, no podía decirse que tuviera alma. Y por lo tanto se podía usar al antojo por quien sí era hijo de Dios, todavía más claro que no tenían alma ni eran seres humanos que la consideración europea de “mujer” y la discusión de si tenía almao no, y cómo era. Y claro, siendo superiores, teniendo más calidad, resulta impensable para muchos españoles que no estén agradecidos por “Lo que les dimos”.
Hablan de “encuento de dos culturas” como si allí hubiera habido un simposio de conferenciantes donde yo te escucho a tí, y tú a mí. ¿Se puede uno engañar tanto?. Parece ser que sí, hasta el punto de creerse que las cosas fueron como uno quisiera que hubieran sido y negar la realidad. Esa es otra seña patolíogica muy extendida en España. El negacionismo: Aquí parecía que no hubiera habido una dictadura fascista, tampoco se cometieron crímenes horrendos ni las cunetas están llenas de voces apagadas, nunca invadimos a nadie, nunca matamos a nadie ni lo asesinamos, en España no se ha torturado, ni se tortura, España no ha cometido crímenes de estado ni ha creado bandas terroristas de estado, En Afganistán no matamos civiles, de hecho ni estamos en guerra, tampoco les invadimos nunca, siempre he sido buen marido, nunca invadimos ni atacamos Marruecos, y nunca impusimos el castellano en América ni en la Península (Borbón dixit), Los vascos no son forzados a ser españoles, en el fondo lo desean aunque no se enteren. Es como si todo hubiera sido una película que nos han contado pero de ficción y a la cual le ponemos nosotros los detalles y los matices. También deben estarnos agradecidos. ¿Cómo iban a rechazar “lo que les damos”? ¿Nuestra excelsa e irrechazable cultura? ¿Cómo iban a preferir su idioma al nuestro? Esa es otra caracteristica propia, imposible imaginar que alguien prefiriera “no ser español” o “no ser descubierto por España” “encima de quejicas son ingratos esos que andaban en taparrabos”.
Otra soez es creyéndo rebajar el oprobio, celebrar la “Españolidad (Hispanidad) de aquellos territorios de ultramar” Es tan escandaloso como si Alemania celebrara el dia nacional el dia de la “germanidad” y fuera el día que comenzó la invasión de Polonia, y pretendiera que los polacos se sumaran a tirar cohetes y agradecer la germanidad “otorgada”.
Luego, en la celebración del “Día”, está el cómo se celebra. Resulta significativo que el día de la nación, se articule y se sustancie entorno al ejército. Resulta primaria esa identificación de que la nación es el ejército, es al parecer lo más representativo de la comunidad nacional, un desfile militar. El acto central.
Es comprensible en países asediados, aislados internacionalmente, o en permanente peligro como Korea, la antigua URSS, China, o la España de Franco que el día nacional anual sea una demostración de músculo bruto, que es un mensaje lanzado a los peligros exteriores “Cuidadín con nosotros, que estamos prestos a sobrevivir como gato panza arriba“.
En países en permanente zozobra internacional, peligro de asedio o amenazados es hasta lógico que la sociedad civil desaparezca como sustancia de la nación, o que no sea la cultura, la fiesta, o la riqueza material, sino el ejército quien sintetize el “gracias a qué seguimos existiendo”, la espina dorsal nacional. Es el día de “cuidadín con nosotros” necesario, cuando se muestran los últimos pepinos y armas.
Como he dicho se podía entender que el día de la nación española fuera el 2 de Mayo, un día de independencia y propia libertad, o el día de la proclamación de la Constitución de Cádiz, la primera casi que hacía nacer a la comunidad nacional de lo anterior que era vasallaje al monarca de turno (español, aleman o frances). O incluso del día de Santiago, o el de San Perico si creyéramos que tal mago ha ayudado a existir a esta comunidad. Pero no el día que comenzó la invasión de otros territorios.
No hay nada que celebrar el 12 de Octubre, y sí mucho que analizar.
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