Nadal levanta sus brazos para festejar su triunfo en Roma -EFE.
Tenía siete años y jugaba su primer campeonato en Baleares ante un rival con doce. Rafa Nadal estaba agarrotado y era incapaz de poner en dificultades a su oponente. “Tranquilo, si las cosas se ponen feas, haré que llueva. No te preocupes”, le prometió su tío Toni. Una solución que tranquilizó al pequeño Nadal, que ganó dos juegos seguidos antes de que, efectivamente, empezase a llover. Cuando se reanudó el partido acabó perdiendo en tres sets. Nadal tiene más episodios como éste con la lluvia: hace tres años superó a Robin Soderling en Wimbledon en un partido que se tuvo que jugar entre cinco días (con uno de descanso) y que tuvo ocho interrupciones por las condiciones climatológicas. Menos, dos, hubo en el que para mucho es el mejor partido de la historia del tenis, un curso después, también en Londres y con Roger Federer como rival: se resolvió en cinco mangas, casi una por hora de juego. La lluvia volvió a cruzarse en el camino de Nadal en Roma y, de nuevo, volvió a salir victorioso ante David Ferrer (7-5 y 6-2) en un partido con dos interrupciones que empezó a las cuatro y trece y acabó a las ocho y treinta y seis. Logró su quinto título en la capital de Italia, el 38º en su carrera, e igualó a André Agassi con 17 Másters 1.000.
“Siempre se hace difícil la espera en el vestuario, pero ya he vivido también algunas así antes. Hay que esperar el momento y mantenerse con la cabeza fría”, concretó Nadal. Un comentario que bien funcionaría como crónica perfecta de la final disputada en el Foro Itálico de Roma. Especialmente bien le sentó la última interrupción, de casi dos horas. Había ganado el primer set y dominaba por 2-1 el segundo, después de aprovechar la segunda pelota de break de las 13 de las que había dispuesto hasta entonces. Resolvió el partido en tan sólo once minutos, dos menos de los que había durado el mejor juego del partido, el quinto de la primera manga que se llevó Ferrer tras salvar hasta cinco puntos de rotura.
0-30 y 4-5 en contra
Nadal acabó pletórico un partido que casi nunca pudo gobernar. Privado de sus mejores recursos y desgastado por la dura semifinal ante Ernest Gulbis, el número tres del mundo no cuestionó a Ferrer el ritmo del partido. Nadal no coordinaba el bote de la pelota con el movimiento, se mostraba conservador y no se mostraba lo suficientemente agresivo al resto. Pero su talento y oportunismo (remontar un 0-30 en el sexto juego de la primera manga con 4-5 en contra) le hicieron ganador final. También los errores de Ferrer, que se dejaría dos dobles faltas en el último set, ya con Nadal a pleno rendimiento. “Rafa ha sido justo vencedor”, aseguró el alicantino, que reconoció que con la pista mojada le costó más acabar los puntos. Ferrer es el jugador que más partidos lleva ganados en este 2010 con 29, fue finalista en Barcelona y semifinalista en Montecarlo.
“Dije que estaba al nivel adecuado. Estas dos semanas han sido increíbles para mí”, valoró Nadal, que renunció al Godó después de ganar en Montecarlo para poder llegar en óptimas condiciones a Roma. Una decisión antipopular -y muy difícil a nivel personal- que le ha venido bien para volver a ganar un torneo que también había logrado en 2005, 2006, 2007 y 2009. En 2008 Juan Carlos Ferrero y problemas en el pie le lastraron. Nadal continúa su exitosa preparación para reconquistar Roland Garros.
Revista Deportes
Nadal iguala a Agassi con su quinto título en Roma
Publicado el 02 mayo 2010 por Toni_delgado @ToniDelgadoGSus últimos artículos
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