El mejor deportista español de la historia no puede serlo por los éxitos que coseche en el campo, en la pista, sobre el parqué o en una bicicleta. Debe ir acompañado de algo más. Parece que en los últimos días se ha creado la necesidad de conocer al deportista de los deportistas, al más entre los más, al orgullo español.
Lo bueno que tiene la historia es su eternidad. Si a uno le preguntan por el mejor deportista de la historia rápidamente piensa en gente retirada, con una dilatada carrera, que saborea sus victorias en VHS. Y no vamos desencaminados.
Me parece un error pensar en un deportista en activo como el mejor de la historia por muchas razones. La vida da mil vueltas y, además de ser el número uno de tu disciplina, debes caer bien al pueblo. Ser un estandarte de todo el país, congeniar con la prensa y a la sazón con la gente, hacer gala de unos valores deportivos y humanos dentro y fuera de la pista. Nos vienen nombres a la cabeza: Miguel Indurain, Joaquín Blume, Severiano Ballesteros, Ángel Nieto, Carlos Sainz, Fermín Cacho, Manolo Santana, Javier Castillejo y tantos otros que han escrito con letras de gloria la historia deportiva nacional.
No entiendo cómo podemos hablar de los gasoles, alonsos o nadales como los mejores si todavía no han hecho nada. Puede que nadie en nuestro país haya jamás superado lo que ellos están consiguiendo. Pero están en activo. ¿Qué pasaría si mañana Pau Gasol sale a la palestra diciendo que no se siente español? ¿Y si Rafa Nadal no volviera a ganar ni un torneo? ¿Si Fernando Alonso es despedido de Ferrari por motivos extradeportivos? Seguramente pasarían a ser la decepción de España.
Es cierto que Rafa Nadal tiene todo a su favor para entrar en el top de los grandes deportistas españoles, igual que nombres como Alberto Contador, Iker Casillas o Andrés Iniesta. Como pueden ver dejo fuera de esta terna dos nombres que muchos españoles tienen en sus labios a la hora de hablar del mejor. Pau Gasol es uno de ellos. El catalán se ha negado a ir con la selección española al mundial. Un error que no cometería el mejor deportista español de todos los tiempos. No me sirven escusas de cansancio o sobrecarga de partidos. Decenas de jugadores quisieran estar defendiendo los colores de la ÑBA. Y no juega por poner un título mundial al lado de sus anillos de la NBA, juega por el sueño de más de cuarenta millones de españoles que quieren sentirse campeones del mundo. Y, mal asesorado, ha fallado.
Fernando Alonso es otro de esos deportistas fetiche. Algunos lo suben a los altares, incluso le otorgan premios como el Príncipe de Asturias. Lamentable. ¿Qué ha hecho el piloto de Ferrari? Ha ganado dos mundiales en su disciplina, mundiales que se disputan cada año y no tienen el valor de otras disciplinas. Excesivo premio para un hombre que tiene la humildad en el fondo de la maleta y que se deja llevar por la soberbia y la altanería cada vez que gana una carrera y se esconde tras los errores de equipo cuando hace mal su trabajo. Un piloto que no destaca por su sentido del humor ni por su cercanía con los aficionados. Así tampoco se puede ser nada en la historia, vendrá alguien que lo haga mejor y convierta sus triunfos históricos en efímeros y los relegue al olvido.
Otra cosa es Alberto Contador o Rafa Nadal. Están llamados, por sus características y su juventud, a seguir escribiendo con pluma de oro la historia del deporte español. Poco podemos hablar de los triunfos del de Pinto sobre la bici y del de Manacor con la raqueta, de sobra por todos conocidos. Sí que podemos hablar de su comportamiento cuando se baja de la bici o sale de la pista. Los dos se presentan como hombres trabajadores, humildes y cercanos. Sólo hay que ver la cantidad de entrevistas que concede Rafa Nadal después de un partido de Grand Slam. O el trajín de Contador después de sumar una victoria. Los dos a disposición de los periodistas, de la afición y de los españoles.
El último capítulo lo ha escrito Rafa Nadal, que con humor se ha tomado cuando le han preguntado si se consideraba el mejor deportista español de la historia. Lo ha dicho él mismo, ni si quiera se considera mejor que Roger Federer, su rival en el día a día. Por cosas como esta podemos estar hablando del mejor deportista español de la historia, pero vamos a esperar a que se retire.
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