Una vez más esta temporada, y creo que ya van seis, Rafa Nadal cae contra Novak Djokovic. El único torneo en que coincidieron y ganó Nadal fue porque el serbio cayó antes, pero la sensación era la misma, que si se hubieran enfrentado en la final, el resultado habría sido el mismo que las veces anteriores, y el que se ha dado esta tarde. Rafa se ha encontrado con un muro que crece y crece cada día y da la impresión de que su fuerza y determinación bajan al mismo ritmo que sube la altura del mismo...
Según avanza la tempora da se dice que Rafa ha mejorado el saque, que ha aprendido a dosificarse como los grandes campeones para llegar fresco a los finales de partido, que físicamente está hecho un toro, que sus golpes son más resolutivos, que ha aprendido a utilizar golpes cortados para complementar el juego liftado que va bien en tierra pero no tanto en otras superficies... ¡Es el mejor Nadal de la historia! Pero este Nadal que arrasaba a Djokovic con la misma facilidad que un niño devora un bollycao, es el mismo que desde primeros de año, cada vez que se pone al otro lado de la red no ve un bollycao, ni un tenista, sino un gigante al que se ve incapaz de meter mano. Es triste, pero mucho tienen que cambiar las cosas, o el gran Rafael Nadal está empezando a claudicar y perder su privilegiada posición. Ya no es número uno y otros vienen con fuerza. ¿Lo resistirá el manacorí?