Por Kim Kiyosaki
Sírvete a ti primero
Nada ni nadie es más importante que tú. Ni tus niños, ni tu cónyuge o pareja, ni tu religión ni tu misión en la vida.
¿Cuál es tu reacción ante esta declaración?
“¡Herejía!” Dirán algunos de ustedes. “¡Qué egoísta es eso?” “Qué arrogante!”
En realidad no. Cuando haces a alguna cosa o a alguien más importante que tú; tu religión, tus hijos, tu cónyuge, o incluso el propósito de tu vida, entonces permites que esa persona o cosa tenga control sobre “ti”. Le das a esa persona o cosa poder sobre ti. Pierdes una parte de ti y se la das a cualquier persona o cosa a la que le des poder. Por supuesto, todas estas cosas pueden ser muy importantes para ti, pero no son más importantes que tú, el ser.
Cuando le hice esta declaración recientemente a un grupo de mujeres, una mujer comentó: “Yo sacrificaría mi vida por mis hijos!” Estoy segura de que lo haría, y apuesto a que la mayoría de las madres lo haría. Sin embargo, eso no significa que – tu yo espiritual – es menos importante que tus hijos. Yo solía decir: “Mi misión de educarme financieramente ante todo!” Sí, la misión es tremendamente importante para mí, pero no es más importante que yo.
Los hombres no parecen luchar con este concepto tanto como las mujeres. La palabra que escucho utilizar con mayor frecuencia a las mujeres sobre esta declaración es “egoísta”.
¿Por qué esto un problema para muchas mujeres?
En mi opinión, estamos tan acostumbradas a poner a todos primero (a nuestros hijos, nuestros esposos o parejas, nuestros padres, nuestro trabajo o negocio) que muchas de nosotras nos acostumbramos a tomar el asiento trasero. Algunas de hecho presumen y están orgullosas de lo agotadas que están. Están agotadas porque atienden a sus seres queridos, sin atenderse a si mismas, drenando sus energías en lugar de ganar energía. Y eso no es alentador, inspirador ni saludable.
Es fácil perder la noción de quién realmente eres cuando vives tu día a día según los sueños, visiones, deseos y necesidades de todo el mundo.
La conclusión es, para poder servir mejor a los demás, primero tienes que servirte a ti mismo.
Piensa en algún momento en el que hayas sido feliz. Te sentías libre y llena de vida.
¿Qué estabas haciendo?
¿Cómo te sentiste?
¿Eras más productiva?
¿Había más diversión a tu alrededor?
¿Deseabas ayudar a los demás?
¿Las cosas parecían ocurrir sin esfuerzo?
Esta eres tú siendo todo tu ser y haciendo tus cosas importantes.
Entonces, ¿Qué significa todo esto para ti?
Por supuesto que voy a vincular esto con tu propia educación financiera y, más importante, con tu transformación financiera. ¿Estás tomando el tiempo que necesitas cada día (para ti, la persona más importante) para avanzar hacia tus sueños financieros? ¿Te estás poniendo en primer lugar… de vez en cuando? Es de común conocimiento que entre más saludable esté tu mente, cuerpo y espíritu, más eficaz y productiva serás… en todos los papeles que elijas jugar. Estoy segura de que oíste estas indicaciones a bordo de un avión, “Por favor, asegúrese de ponerse su máscara de oxígeno primero, antes de ayudar a los demás.” Cuida de ti, así puedes cuidar mejor a los demás.
El título de mi último libro es It’s Rising Time! (Es tiempo de ascender). Mujeres, es hora de ascender la barra nosotras mismas. Es hora de convertirnos en los modelos a seguir que inspiren a las mujeres, jóvenes y mayores. Es hora de aceptar el hecho de que no hay nada ni nadie más importante que tú. Es hora de ponerse en primer lugar… y hacer un mundo mejor.
Y una cosa más…
Un hombre no es un plan financiero. – Kim Kiyosaki
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