Revista Cultura y Ocio
Quien diga "estoy de vuelta" comete el error de alejarse de sí mismo. Si algo ha demostrado la Ciencia al respecto de nuestro cerebro y de nuestra mente es que son músculos, y los músculos que no se trabajan, se atrofian. Una mente que está de vuelta, es una mente oxidada. Pero el tiempo nos hace pensar que como el demonio somos más listos que los que vienen detrás, y al final, por ese exceso de confianza nos convertimos en la liebre que perdió la carrera con una tortuga. "Estar de vuelta", es haberse abandonado a la vagancia emocional. Recuerden que el cerebro no manda, es la mente. Y la mente necesita aprendizaje constante. Dejarse llevar por la inopia a la que tiende nuestro cerebro es envejecer tristemente. Sin duda, vamos a envejecer, no le quepan la menor duda de ello, pero hagámoslo dignamente, sin que las arrugas nos muestre nuestra estupidez de haber pensado que somos más listos que nadie porque hemos vivido más, y por tanto, sabemos más. Es una de esas falacias tópicas y típicas de mentes perezosas y faltas de rendimiento neuronal. Quieren tener un músculo tonificado, pues aprendan ejercicios que los estimulen. Nunca dejen que la apariencia les lleve al engaño de creerse inteligentes. Nadie es inteligente constantemente, sino a trozos, a momentos determinados. Por nimio que sea, un problema es un problema, y por fáciles que sean de resolver, no nos han de alejar de recapacitar en ellos. Nadie está de vuelta y llega a ser un viejo feliz.