Nadie nace en un cuerpo equivocado, de José Errasti y Marino Pérez Álvarez

Nadie nace en un cuerpo equivocado: Éxito y miseria de la identidad de género

José Errasti y Marino Pérez Álvarez

Los autores defienden la tesis a la que hace referencia el título, que nadie nace en un cuerpo equivocado.

Le tenía mucho miedo a este libro por todas las críticas y comentarios que surgieron en la red sobre su contenido, supuestamente cargado de odio y mensajes denigrantes contra los colectivos LGTBI, y en especial, contra los trans. Sin embargo, no he visto nada que pueda resultar ofensivo. Claro está que, al no pertenecer a estos colectivos, puede que mi visión no sea la adecuada, pero así, en principio, no me parece que se esté juzgando el libro de forma justa. Es más, diría que el texto es muy respetuoso en todo momento hacia esta problemática de la transexualidad y las personas que la viven.

La tesis principal del libro es que no hay un "alma" femenina o masculina que esté insertada "por error" en un cuerpo masculino o femenino, respectivamente. Los autores analizan las teorías de dos autores queer, Butler y Preciado, y las refutan, en especial las de la primera, poniendo en evidencia las contradicciones de la ideología de "género". Una de ellas es la de afirmar la existencia de un "alma" femenina (o masculina) con sus características peculiares, cuando, por otro lado, se afirma que los estereotipos de género son "constructos". Según los autores no pueden ser constructos sociales y biológicos a la vez. Además, inciden en preguntarse qué es lo que define ser un hombre o una mujer: si los estereotipos de género son "sociales", pueden ser modificados. También aseguran que la propia autodeterminación de una persona como "hombre" o "mujer", es decir, una visión subjetiva del asunto, no es válida, como no lo es en otras características de la persona, tales como la edad o la etnia. Para ellos, en una especie con reproducción sexual tal y como la conocemos, en la especie humana, en concreto, hay dos sexos, masculino y femenino, con roles reproductivos diferentes (definidos por el tamaño de sus gametos). Es decir, para ellos, el sexo es el sexo biológico. Y critican que desde la ideología queer no se distinga entre género y sexo (ponen ejemplos de textos donde se ve cómo se citan las palabras de forma indistinta), llegando el "género" a solapar al sexo biológico. Critican igualmente, afirmaciones según las cuales el sexo biológico no existe, y las denominan pseudociencias. Eso sí, ellos admiten las diferentes orientaciones sexuales. Y creen que muchos trans son homosexuales que no lo asumen.

Como hecho curioso, comparan la teoría queer con el gnosticismo (la doctrina dualista que distingue entre espíritu y cuerpo material), haciéndola semejante a una religión.

Para los autores, esta "religión" impregna el discurso social y deviene inatacable, de forma que nadie puede ponerla en cuestión, a riesgo de ser expulsado del mundo académico o "cancelado". Dedican una buena parte del libro, de las más interesantes, por otra parte, a estudiar este fenómeno de la "cancelación" o censura a personas que no se adhieren a los discursos políticamente correctos, así como a la fuerza de las redes sociales en estas dinámicas y también al miedo a disentir. Todo como consecuencia de la infantilización de la sociedad y las personas, que no pueden ser en modo alguno "ofendidas" o "molestadas", ni tampoco ver cuestionadas sus creencias u opiniones sin generar "frustración".

Otro aspecto en el que ponen mucho el acento, supongo que por su gravedad, es el de las transiciones de género, con los tratamientos hormonales y quirúrgicos, en especial los realizados sobre niños o personas antes de llegar a la pubertad. Ellos defienden la "espera" y observación antes de tomar decisiones tan drásticas, de las que, siempre según ellos, algunos terminan por arrepentirse ("detransicionan"), aunque el "daño" ya esté hecho.

En resumen, un libro interesante y polémico para ciertas personas, pero que a mí me ha parecido respetuoso y hasta en muchas cuestiones, razonable. Pero es cada persona la que debe juzgar la lectura, Por lo tanto, antes de criticar se debería leer entero y valorarlo y analizarlo libres de prejuicios. Algo que hoy en día no se estila. Si no nos gusta, directamente lo "cancelamos", lo borramos y así quedamos tranquilos...

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