Revista Cultura y Ocio

Nadie nada nunca (tómese casi al pie de la letra)

Publicado el 03 noviembre 2014 por Bea Mendes
Nadie nada nunca (tómese casi al pie de la letra)Aunque había leído alguna que otra reseña sobre el libro, no me esperaba lo que me encontré -ni para bien ni para mal-. Para empezar, no es una historia que pueda estructurar en inicio, nudo y desenlace; ni si quiera puedo hablar claramente de un argumento que conduzca la historia. La sinopsis nos muestra, por decirlo de alguna manera, dos puntos que trata el libro ([...] Saer nos regala su capacidad de observación y nos permite examinar la existencia desde diferentes perspectivas. [...] El temor a que llegue la muerte, encarnada en los asesinatos a sangre fría de unos caballos. Un relato que fluye, se para, y vuelve a fluir.) La primera parte se cumple al completo: Saer nos muestra lo que "observa", y tanto que lo hace. Lo hace tanto que nos dicta cada detalle, hasta el más mínimo detalle -y creo que me quedo corta-. En cuanto a la trama de la muerte de los caballos (que tenía -y tiene- una pinta interesantísima), la tenemos a cuentagotas -pero se agradece, por que da una vuelta de tuerca a lo que se lleva leído hasta el momento, y agiliza la lectura-. Apenas se para el autor en esto: le da mucha importancia a cada cosa -cotidiana- que hacen los personajes principales, y muy poca al misterio de los caballos. Eso sí: Saer escribe bien, muy bien. Su prosa es impecable y su estilo muy poético. No importa tanto lo que dice ya que lo dice de tal forma, de una forma tan virtuosa -de alguna manera-, que te olvidas del quid de la cuestión.
El estilo tan poético del autor puede provocar que disfrutes de la esencia de lo que lees, pero no del contenido, ya que, en verdad, no es nada. Nada en cuanto a que sientes que no avanzas, que te quedas en esa silla en la que se sienta el Gato -uno de los personajes- o en esa cama en la que se tumba Elisa -personaje secundario-. Cada acción está descrita al milímetro, tal que así:
Nadie nada nunca (tómese casi al pie de la letra)[...] el Gato gira, dando la espalda al motor que zumba, [...] la mano derecha va ligeramente hacia adelante, la mano izquierda hacia atrás, de modo que los brazos están separados del cuerpo, en linea oblicua, las piernas separadas, la planta del pie derecho...
Algo así te puedes encontrar en cada página: descripción de acciones que en ocasiones pueden hacerse interminables pero que, de algún modo, despiertan tu interés.Creo que si coges el libro sabiendo que no te vas a encontrar con una historia propiamente dicha, sino con algo más artístico y poético -en cuanto a estilo, no poesía-, puedes disfrutarlo mucho; si por el contrario, buscas una historia bien estructurada, con sus problemas y sus desenlaces, te puedes llevar un gran chasco.Es, claramente, uno de esos libros que amas u odias; de alguna manera, el autor te hace pasar por ambos estados (amor/odio) durante la lectura. Claramente, no te deja indiferente.
Sinopsis// Rayo Verde// 224 páginas.

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