La invocación de “Nam myoho renge kyo” fue establecida por Nichiren el 28 de Abril de 1253.
Después de haber estudiado ampliamente todos los sutras budistas, él llegó a la conclusión de que el Sutra del Loto contiene la verdad última del budismo: que todos, sin excepción, tienen el potencial de lograr la budeidad. El título del Sutra del Loto en su traducción japonesa es Myoho renge kyo. Pero para Nichiren, Myoho renge kyo era mucho más que el título de un texto budista: era la expresión, en palabras, de la Ley de la vida que buscaba dilucidar, en una u otra forma, todas las enseñanzas budistas. La siguiente es una explicación breve y por ello, necesariamente limitada, de algunos de los conceptos clave expresados en esta frase. (Esta explicación está basada en el libro de Richard Causton, El Buda en la Vida Diaria).
Nam
La palabra nam deriva del sánscrito, una traducción cercana de su significado es “consagrarse”. Nichiren estableció la frase de Nam myoho renge kyo como un medio para posibilitar a todas las personas para armonizar sus vidas con la ley de la vida, o Dharma. En el original en sánscrito, nam indica los elementos de la acción y la actitud y se refiere, por ello, a la acción correcta que uno necesita llevar a cabo y la actitud que uno necesita desarrollar con objeto de lograr la budeidad en esta vida.
Myoho
Myoho (Mio jo) significa literalmente la Ley Mística y expresa la relación entre la vida inherente al universo y las muchas diferentes maneras en que esta vida se manifiesta. Myo se refiere a la esencia de la vida, misma que es “invisible” y está más allá de la comprensión intelectual. Esta esencia siempre se manifiesta en una forma tangible (ho) que puede ser percibida por los sentidos. Los fenómenos (ho) son cambiantes, pero todos los fenómenos están impregnados por una realidad constante conocida como myo.
Renge
Renge significa la flor de loto. El loto florece y produce semillas al mismo tiempo, de tal manera que representa la simultaneidad de causa y efecto. Las circunstancias y la calidad de la vida individual están determinadas por las causas y efectos particulares, tanto buenos como malos, que se acumulan (a través de pensamientos, palabras y acciones) a cada momento. A esto se llama karma. La ley de causa y efecto explica que todos tenemos una responsabilidad personal con nuestro destino. Nosotros lo creamos y podemos cambiarlo. La causa más poderosa que podemos hacer es entonar Nam myoho renge kyo, de esta forma, el efecto de la budeidad se crea simultáneamente en las profundidades de nuestra vida y definitivamente se manifestará a su tiempo. La flor de loto crece y florece en un estanque lodoso y, no obstante, permanece prístina e inmaculada simbolizando el surgimiento de la budeidad desde el interior de la vida de una persona común.
Kyo
Kyo significa literalmente sutra, la voz o la enseñanza de un buda. En este sentido, significa también, sonido, ritmo o vibración. También, el carácter chino para kyo, significaba originalmente la pieza trenzada de tela tejida, que simbolizaba la continuidad de la vida a través del pasado, presente y futuro. En un sentido más amplio, kyo conlleva el concepto de que todas las cosas en el universo son una manifestación de la Ley Mística.
Según Nichiren, nuestra condición interior de vida cambia constantemente al entrar en contacto con diferentes estímulos externos, todo a nuestro alrededor -la gente, el clima, una pieza de música, el color de las paredes- crea alguna clase de influencia sobre nosotros. Una pintura puede causar en el que la mira un sentimiento de arrobamiento, calma o disgusto, y una carta puede causar alegría o consternación. Con objeto de extraer el máximo potencial de nuestra condición de vida, nuestra budeidad, necesitamos también un estímulo.
La iluminación de Nichiren a la ley de la vida, le permitió crear un estímulo que fuera capaz de activar la condición de vida de la budeidad dentro de nosotros.
Así como no podemos ver nuestra propia cara sin un espejo, debido a lo limitado de nuestra sabiduría es que no podemos ver nuestra budeidad. El invocar Nam myoho renge kyo al Gohonzon nos capacita para ver a través de nuestras falsas ilusiones y descubrir nuestro yo más elevado, el aspecto iluminado de nuestra propia vida.
PARA ESCUCHARLO
PARA APRENDERLO