Revista Coaching

Narciso

Por Joseluisp

Narciso

Narciso se muestra ante los demás como una persona muy segura de sí misma. Sabe lo que quiere, actúa con decisión y transmite a los demás una gran seguridad y autoestima. Sin embargo su mundo interior es muy diferente.

Cuando Narciso se conoció a sí mismo encontró a alguien que no le gustó. Y desarrolló una estrategia para ocultarlo: esconderlo detrás de una máscara. Construyó una máscara perfecta. Una que representaba un Narciso perfecto, artificial, sobrevalorado, espectacular, alguien que debe ser visto con admiración.

Por ello Narciso necesita mirarse en el espejo de los demás: para saber quién es, para obtener su admiración y su reconocimiento. Las personas que le rodean son sólo un recurso, gente de las que puede extraer su única fuente de energía: el reconocimiento y la gratificación de los demás. Sin darse cuenta, esto le llevó a perder cualquier interés en las personas que le rodeaban, en sus intereses, en sus necesidades o en cualquier cosa que no fuera la adulación, la gratificación y el culto a la personalidad de Narciso.

En vida profesional Narciso sólo se rodea de aquéllas personas que considera inferiores a él, pues son aquellas que le pueden transmitir admiración. Cuidado si usted destaca frente a Narciso, él percibe como un peligro a cualquiera que considera más inteligente o más valioso, pues son un amenza para la imagen artificial sobre la que Narciso construyó su autoestima. Para reducirlos no dudará en recurrir a la manipulación o a la persecución.

Narciso es muy sensible a la crítica, pues cualquier evaluación puede conectar con su imagen real, aquella que no le gusta y de la cual reniega. Por eso no le gusta asumir riesgos. Después de todo, un posible fracaso dejaría su vulnerabilidad expuesta a todos nosotros y tendría que asumir toda esa frustración.

Si hay un Narciso en su equipo tome precauciones. A Narciso sólo le preocupa su actuación teatral y el reconocimiento que recibe del exterior. No le interesan las personas, ni las relaciones. Tampoco los objetivos del grupo, ni los resultados, la cohesión o el desempeño de cada uno de sus miembros. Para sobrevalorarse a sí mismo puede que recurra a desvalorizar a las personas que tiene a su alrededor. A medio plazo sólo estará rodeado de personas que no tienen ninguna otra alternativa, o de aquellos que puedan utilizar a Narciso para conseguir alguno de sus intereses personales.

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