P(u)ateando la vida. Otro blog de Golcar
—¡Mi niño! ¡Mi niño! ¡Apúrate! ¡Ven!
—¿Que voces son esas? Tiíta—Dije con voz teatral y de melodrama, con sorna para vacilarla e irritarla un poco.
—Ay, mi niño, que no estoy para bromas. Tú que estidiaste inglés un año en el imperio, dime, que dice aquí, en este emilio que me mandan los abogados.
Tomo la tablet y leo.
—Tiíta, pues básicamente dice que los primos declinan la defensa privada y solicitan los oficios de un defensor público.
—¡A mí me va a dar algo! O sea que los gringos siguen con la vaina de que hay que justificar de dónde salen los cobres para pagar a esos carajos. Sí ya que vamos a decir de dónde, pa’que me manden a buscar hasta a mí… Ya lo de los yanquis parece una vaina personal contra mi familia… Bueno, a lo mejor ganamos unos días más mientras le nombran el defensor……
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