Otra desilusión más vivida ayer en el Nou Estadi. Se tenía la esperanza de poder conseguir la victoria después de los primeros cuarenta y cinco minutos de fútbol de toda la temporada que vivimos en A Coruña. Al equipo y a la afición se le había subido un poco la autoestima después de regresar de tierras gallegas y esperábamos que contra el Hércules fuese una continuación de lo de allí vivido. Era el peor rival que nos podía tocar para remontar el vuelo y conseguir los tres puntos pero el equipo se veía con fuerzas para conseguirlo.
Fue un partido entretenido en el que no se vió sobre el terreno la gran diferencia que hay entre ambos en la clasificación. En el once inicial formaron Morán, Tuni y Sergio Juste, los tres que dieron ese toque diferente a los granas hace siete días y el Nàstic salió a jugar sin complejos de tú a tú a los alicantinos cosa que consiguieron durante los noventa minutos. No fuimos ni muchos menos inferiores a los de Mandía. Solamente la falta de puntería, o ya no sé si llamarlo la mala suerte, impidieron que el partido acabara en empate que hubiera sido el resultado más justo. El Nàstic se mereció más pero como dice el refrán "a perro flaco todo son pulgas" y en un saque de esquina en el minuto once de la segunda parte Pepe Mora peinó el balón consiguiéndolo introducir dentro de la portería de Rubén Pérez marcando el único tanto del marcador. En todo momento el Nàstic intentó empatar el partido, y oportunidades las tuvo, pero la pelotita no quiso entrar. Cabe decir que los de Alicante también tuvieron las suyas para aumentar el marcador.
El Hércules de todas maneras demostró el por qué de su situación en la tabla. Quizás su juego no sea muy espectacular y vistoso y no destaquen grandes individualidades pero llevan al máximo el concepto de equipo. Muy sobrio en todas sus líneas. La defensa muy sólida, la media tocando y jugando y arriba cuando tienen su oportunidad no perdonan, van moviendo el balón hasta que te la lían. Es una máquina muy compacta de hacer fútbol.
Al final otra derrota más que nos lleva al fondo de la tabla. El fútbol que vimos ayer tendría que ser el camino a seguir para intentar escalar posiciones. La pretemporada del Nàstic acabó la semana pasada, un poco tarde, y ahora es cuando empezamos a ver las posibilidades del equipo. La plantilla a falta de Mairata está al completo y deberíamos aprovecharlo, si no vuelven las lesiones, para salir del pozo o al menos no estar muy lejos de la salvación. El equipo ayer dio otras sensaciones más positivas pero si no se consiguen puntos esas sensaciones no valen para nada. Estamos los últimos y ahora solamente nos queda trabajar, trabajar más y tener un poco de buena suerte. Ya sabemos que ésta no llega sola y hay que buscarla pero a veces por mucho que la buscas no la encuentras y es cuando empezamos a hablar de la mala suerte.
El próximo miércoles a las seis de la tarde nos vamos a Almería. Otro hueso duro de roer y difícil papeleta la que nos espera. Pero si casi damos la campanada en A Coruña ¿ por qué no intentarlo también en tierras adaluzas?
