Nàstic-Murcia-0-2 Tocados y ... ¿Hundidos?

La verdad y después de ver lo que pasó ayer en el Nou Estadi tengo la moral por los suelos. Era el partido que nos tenía que dar aire y esperanza para continuar nuestra particular lucha por evitar el descenso y fue todo lo contrario. Quizás fue el partido que nos puede marcar, negativamente, de cara a las próximas citas que tenemos y al desenlace final de la historia.
Quien no viera el encuentro entre los dos equipos granas, Nàstic y Murcia, el cero a dos puede indicar un partido fácil para los murcianos. Nada más lejos de la realidad. Iñaki Alonso, entrenador del Murcia ya lo dijo bien claro que el Nàstic se mereció como mínimo el empate. Yo voy más lejos y digo que si el Nàstic al final hubiese ganado tres o cuatro a uno a nadie le hubiera sorprendido después de lo acontecido en el terreno de juego.
No jugamos técnica y tácticamente nuestro mejor partido. Tiramos de casta y de corazón para poder dar la vuelta a un marcador que otra vez se nos puso en contra al comienzo de partido cuando en el minuto 8 quedó en evidencia, otro partido más, nuestros desastrosos inicios en cada uno de los tiempos de cada encuentro. Ruso fue el más listo de la clase al aprovechar un gran disparo de Oscar Sánchez repelido por el larguero ante la indiferencia de la defensa del Nàstic. De nuevo a remolque, de nuevo conseguimos rehacernos del mazazo inicial, de nuevo pudimos empatar, de nuevo tuvimos las ocasiones de colocarnos por delante y DE NUEVO estuvimos inoperantes de cara al remate final ante la incredulidad de los asistentes. Y así durante todo el partido hasta que en el minuto 93, con el equipo volcado, nos pillaron en una contra para marcar, de nuevo Ruso, el injusto cero a dos.
No podíamos creer que después de las oportunidades que habíamos visto durante los noventa minutos ninguna hubiera entrado. Viguera, Powel, Morán, Longás y sobre todo Peragón que tuvo unas cuantas no fueron capaces de perforar la meta de un gran Alberto.
Ahora mismo y teniendo mi moral como la tengo no doy un duro por mi Nàstic. Hasta ayer necesitábamos un milagro para salvarnos. Hoy nos haría falta lo siguiente. Necesito creer en este equipo para continuar esperanzado de conseguir nuestro objetivo pero no me dan motivos para ello. No sé donde agarrarme ya, si a un clavo ardiendo o a los mismísimos cuernos del diablo pero el futuro no lo veo nada claro. Parece como si nos hubieran hecho vudú o algo similiar porque no es normal lo que está pasando con el equipo. Entre los lesionados (nuestra temporada en este aspecto es para hacerla un estudio exhaustivo. Creo que ni Iker Jiménez encontraría una respuesta al tema de lesiones) y los goles "cantados" que fallamos me van hacer creer que la mala suerte existe de verdad y que nos acompaña en cada momento.
Nuestros próximos compromisos (Celta, Elche, Almería y Valladolid) tampoco es que me hagan subir para nada la moral. Al contrario.
Bueno. Espero que a lo largo de la semana mi actual pesimismo se vaya diluyendo poco a poco y vuelva otra vez esa sensación del poder dar la campana en tierras gallegas contra un Celta que nos cedió hace una semana a Dani Ábalo y que solo ha tenido que estar tres días en Tarragona para lesionarse. De nuevo el caso paranormal de las lesiones para Iker Jiménez.
Acabar haciendo una mención a la afición murciana, unos ciencuenta, que nos visitaron durante el partido. Felicitarlos primero por la victoria de su equipo y después por su corrección. Animando y cantano apoyaron a su equipo sin tener que caer en el insulto y en palabras fuera de tono. Que aprendan de ellos otras aficiones como la que vino hace poco a Tarragona del Córdoba.