Revista Cine

Natalia Erice, enamorada del teatro

Publicado el 17 octubre 2012 por Alfonso65 @AlfonRoldan

Natalia Erice, enamorada del teatro

Natalia sonríe y sonríe en una foto de Fran Lorente


Es bilbaína “del mismo Bilbao”. Su padre también es del Botxo y su madre es sevillana. Ella, desde hace ya más de dos lustros, se vino a vivir a “medio camino”, a Madrid, a buscarse la vida como actriz después de haberse formado en el Centro de Artes Escénicas Juan de Antxieta y, ya en el foro, en el Taller de Creación Teatral de Mar Navarro y Andrés Hernández. Además, por esas cosas que tienen los padres quizá más que las madres, es licenciada en Historia por la Universidad de Deusto. Aunque forzada a ello, ahora reconoce que le vino bien para ese buscarse la vida…
Lleva ya un año con el papel de Areusa, una de las prostitutas de La Celestina, que ahora viene a Madrid versionada por Eduardo Galán, pero es largo y variopinto el listado de personajes que has interpretado. Muy encasillada no estás, que has participado en la televisión vasca en ¡Vaya Semanita!, has sido terrorista con La Furadels Baus y… el muñeco Lucho con los Lunnis
Natalia que sonríe y sonríe, ¡y cómo sonríe!, reconoce que estuvo encantada de hacer de Lucho durante más de un año: “Me supuso un periodo de bastante estabilidad económica y nunca he vuelto a actuar delante de esas masas de público, pero…, ¡iba debajo de un muñeco! Es la paradoja, cuanta más estabilidad económica ofrece un trabajo, menos calidad artística posee”.
Y…, ¿qué hace una bilbaína que empieza a ser actriz en Madrid? La Erice vino con 20 años y mientras continuaba su formación, hizo infinidad de trabajos: azafata, animadora, cuentacuentos, profesora de alemán, actividades culturales para la infancia y tercera edad… Lo más fijo que hizo fue dar clase en el Colegio Hispano-Alemán. Luego, gracias a la licenciatura comenzó a colaborar en medios de comunicación escribiendo sobre teatro. Y cada semana podemos leer sus críticas en On Madrid, la revista de fin de semana de El País.
En su faceta como periodista, asegura no considerarse crítica: “Soy una periodista teatral que, a veces, opina. Mi objetivo como periodista de teatro es animar a que la gente vea más teatro, a que aumente el público, que el teatro resulte interesante por encima de la supremacía de la supremacía de la música y el cine. El teatro ofrece idealismo, una experiencia única, artesanal realizada por los artistas. Los artistas vivimos en el riesgo. El teatro enseña muchísimo; es intangible y ofrece respuestas. Muestra las pasiones y sentimientos más humanos; nos muestra cómo vivimos: la fragilidad, la inseguridad, crisis existenciales, momentos de plenitud, capacidad de superación…, todo ello está en el teatro”, y remacha esta parrafada tan bonita citando al maestro El Brujo, “el teatro es una nada, pero que hermosa nada”.
Claro, cada vez que veo a alguien del artisteo le meto las gomas con la subida rajoniana del IVA… Y Natalia se pone muy filósofa: “Al rendimiento del espíritu no se le debería aplicar el IVA. Son muchísimas las personas que viven de este sector, que da mucho empleo y en el que hay empresarios muy serios que se van a ver muy afectados. Las salas alternativas ya empiezan a cerrar. Yo me siento indignada porque se considera la cultura un entretenimiento y eso es una falta de respeto y de conocimiento. Están confundiendo musicales con teatro, y eso lleva a una marginación muy desacertada”.
Vocación de adolescencia
A nuestra Areusa particular se la ve enamorada del teatro. Siempre me causa gran curiosidad de dónde vienen las vocaciones. Ya sea de actores, actrices, momjas, curas, médicos, periodistas…
Tras un cierto silencio para pensar, parece que da con la respuesta: “mi vocación desde el cole era transmitir. Recuerdo que con unos 15 años tuve que hacer una lectura de La leyenda del monte de las ánimas, de Bécquer. Me la aprendí de memoria, desdoblé los personajes y conseguí el objetivo: captar la atención. Me gustó mucho la sensación”. O sea que el placer está en dar un poquito la nota, entiendo desde la ignorancia.
Natalia, ya he dicho, ha tocado multitud de géneros. Ahora, como espectadora le gusta la comedia, “aunque es muy complicada hacerla. Requiere de un buen guión y una buena dirección, me encanta el humor y cuando lo he hecho me he sentido privilegiada, pero…”, ahora es cuando me vuelve loco, asegura que lo que le atrae “especialmente”, es la tragedia. “La tragedia posee unas conexiones mágicas que te permite entrar en conexiones catárticas. Con la tragedia se pueden tocar sentimientos universales de una manera profunda. Me gusta la tragedia, desde Grecia, hasta Lorca. Soy una enamorada de Yerma”, explica.
Y ahora, nada más y nada menos, que junto a Gemma Cuervo en La Celestina… “Estoy muy contenta de hacer esta versión limpia y ágil. Creo que es una tragicomedia muy actual: todo se mueve por avaricia, dinero, lujuria. Celestina es como una conseguidora en la actualidad. Cuando se mueven estas fuerzas, se crea un oscurantismo de la que nadie se salva. Esta versión es original porque es clara por encima, pero oscura por debajo”.
- ¿Y Areusa, tu personaje?- Areusa es manipuladora gracias a su cuerpo. Odia a la clase alta, representada por Melibea. Me cae muy bien mi personaje. Es una superviviente que la gusta el peligro y sabe moverse en el peligro, es muy fuerte y, aunque prostituta, reivindica su independencia como mujer. Esa vertiente feminista también la tiene Melibea, que no quiere marido. Reivindica el placer sin matrimonio, rompe las reglas sociales.
Ahora sólo me queda acercarme al Fernán Gómez a ver La Celestina, que está en cartel hasta el día 28 de octubre. Ya os contaré.

Natalia Erice, enamorada del teatro

Foto de Fran Lorente.
Sobre Natalia Erice, puedes ver más aquí, y…, vale, quizá tengo cierta predilección por ella como puedes ver aquí


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