Natalie van den Adel en el Open Day Liga Femenina. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Zaragoza
Su firma, con el nombre y el primer apellido escritos con letra de libro de caligrafía, está inclinada a la derecha y es ascendente. Refleja su entusiasmo y felicidad, y el equilibrio entre su mundo interior y el familiar. La ele de Natalie tiene vida propia por debajo y la rúbrica acaba con un #10. Su dorsal.
—¡Odio mi firma! ¡La odio! He intentado cambiarla tantas veces... ¡Y no puedo! Siempre me sale la misma –lamenta, entre risas, Natalie van den Adel (Dordrecht, Holanda, 1990).Puede que la escolta y ala-pívot del Araski nunca sea capaz de modificar su rúbrica porque la actual ya expresa cómo es: enérgica, sencilla y directa. —El banquillo define qué es el Araski: con ventajas de más de 30 puntos ante el CB Bembibre animaba y empujaba como si el equipo fuera perdiendo. Somos energía. La necesitamos para atacar, defender y animar al resto. Da igual si estamos 30 arriba o 20 abajo, animaremos siempre. —No cualquier jugadora podría competir con el Araski.Diría que eso pasa con todos los clubes, pero en el Araski es imprescindible que seas una jugadora de equipo.—Made Urieta hace correcciones positivas. "No pasa nada", le ha comentado a Tania Pérez tras una canasta de Heleen Nauwelaers (63-36 a falta de 6m 1s). Made nos da mucha confianza: podemos tirar, leer la defensa... Si fallamos, no pasa nada. Lo importante es que nos dejemos la piel en todo lo que hagamos. —¿Lo tuyo con el Araski y Vitoria fue un amor a primera visita?¡Sí! Desde el primer día me he sentido muy cómoda en el club y la ciudad. Es un poco como un amor. [Risas]. Me entusiasma la comida de Vitoria. —Euskadi es un paraíso gastronómico. Me quedo con los chuletones... ¡Me encantan! [Risas]. —"Nat ya parece vitoriana, es feliz aquí y nosotras también lo somos con ella", destacó Made Urieta en la rueda de prensa de tu última renovación.Es como estar en casa. En ningún club me he sentido como en el Araski. —Comunicas muy bien, pero tardas medio segundo más en elegir las palabras cuando hablas de Vitoria y del club. ¡Es diferente! Si hablo de Vitoria, me cuesta encontrar las palabras que definan mejor lo que siento. Para mí el Araski es una familia ahora. Es un club increíble... Y no sé... De verdad... [Risas]. ¡Mi corazón está allí! —En la Copa de la Reina te hiciste una foto en la pista con unos seguidores que llevaban una pancarta apoyándote.Desde mi primer año en el CD Zamarat hay personas que me siguen y me apoyan mucho. Son muy especiales. Siempre vienen a Zamora, a Lugo, a veces a San Sebastián... —Laura Quevedo, Raquel Carrera, Tania Pérez, Izaskun García, María Asurmendi... ¿Ésta es la plantilla más completa desde que estás en el Araski?Creo que sí. El grupo es muy equilibrado. Da igual quién sea titular y quién salga después. —Habéis congeniado en muy poco tiempo. Pienso lo mismo. Te diría más: tenemos química desde el primer día y nos entendemos tanto en la pista que hacemos hasta cosas que no entrenamos. —No hay ego. Ninguno. Tampoco contamos con una jugadora que busque sus números. Simplemente queremos ganar. Somos un equipo. —"Es vitalidad en estado puro. La palabra 'disfrutar' se le queda pequeña. Su actitud se contagia", te retrata tu amiga Sara Ortega.¡Oh, Sara! Bueno... Quiero que mis compañeras estén bien y que todas disfrutemos. Siempre sonrío. Es fácil sonreír en el Araski. —¿En la primera parte de la temporada pasada mostraste tu mejor versión en Liga Femenina?Es así. [Se ríe].—En la segunda te costó bastante más... Ya... No sé qué me pasó: empecé muy bien y después bajó mi rendimiento... "Sigue trabajando, Nat", me repetía. Me han prolongado el contrato otro curso. Algo haré bien, ¿no? Es pasado. Sólo me importa esta temporada. —"Quiero que la renueven todos los años y no contemplo una temporada sin ella aquí", proclama Sara Ortega.[Se emociona]. No está en mis manos... Si por mí fuera, me quedaría 1.000 años más en el Araski. —Tu primer equipo en Liga Femenina fue el CD Zamarat, que te anunció como base. Venías del Angers francés, donde habías jugado de 1 y de 2...¡Yeah! [Se ríe]. En Holanda siempre era la base. He jugado mucho de base. —¿Has sido 5 alguna vez? ¡Es la única posición que me falta por ocupar! Tienes que preguntarle a Made [Urieta] si puedo ser pívot... [Risas]. Hasta que llegué al Araski nunca había jugado de 4. También lo hago de 3. —¿Cómo fuiste creciendo en el CD Zamarat y en el Stadium Casablanca, tus primeros equipos en Liga Femenina?Llegué con 23 años y estoy a punto de cumplir 29. Cada temporada he aprendido mucho, pero creo que en el Araski estoy creciendo más que nunca porque Made me da mucha confianza. —¿Sabías bastante castellano cuando fichaste por el CD Zamarat? No. Desde mi primer año escucho mucho, pero nunca he ido a clases. —Pues lo hablas muy bien... Lo intento. Pregunto constantemente cómo se dice esto y lo otro. Ahora con mi fisio repaso y estudio los verbos. —¿Antes tenías miedo de hablar castellano?Al principio, sí. En mi primer año casi no lo hice. Estoy en España y necesito aprender el idioma para comunicarme lo mejor posible con las compañeras y el cuerpo técnico. —¿Te ha ayudado leer libros y ver películas? Nunca he tenido un libro de español. Si digo algo mal, me corrigen. A veces veo series como La casa de papel. —Con ese método debes de tener mucha memoria... Bueno... Éste es mi sexto año en España...—Ya, ya... Pero hay deportistas que llevan aquí mucho más tiempo y en público sueltan, como mucho, alguna palabra suelta. Bueno... Para mí es importante comunicarme lo mejor posible con todo el mundo. Desde el año pasado entreno a un equipo de niñas en el Araski. Necesitan entenderme. —El momento más gracioso que Sara Ortega ha vivido contigo fue "bailar como locas" en tu piso una canción de Britney Spears mientras comíais pizza.[Se ríe]. Fue después de una victoria... Y bueno... Comimos pizza, bailamos, cantamos... Cosas tontas... —¿Y no te acuerdas de la canción?Alguna muy vieja... —¿Baby one more time?Diría que sí. [Risas]. ¡Qué recuerdos! —En Instagram sueles publicar frases muy reflexivas, filosóficas, motivadoras... ¡Gracias! Me gusta leer poesía y devoro los libros. Me fascina que quien escribe pueda decir tantas cosas en dos frases. ¡Leo mucho!—"La nena no se compara. Lleva una vida de suerte", publicaste hace tiempo. No me gusta compararme con nadie. Cuando leo algo que me llena, siento la necesidad de compartirlo. Quizás le pueda ayudar o inspirar a alguien más.
—Has jugado dos veranos en la Liga australiana... ¿Es muy física? Depende de la Liga. Disputé las de invierno y son más flojas y no tan físicas. Hay dos o tres jugadoras muy buenas por equipo y el resto son más normales. No hay demasiadas con mucha altura. Yo jugaba mucho de 4. La liga de verano, su verano, sí que es una de las mejores del mundo. Sería un sueño disputarla. Australia es un país increíble... ¡Y la gente! Me lo pasé genial allí.—Te encanta viajar. ¡Sí! El mundo es muy grande y me interesa conocer culturas y lugares. Quiero ver y hacer muchas cosas. —¿Cuando viajas duermes poco? ¡No, no! [Se ríe]. Duermo bien. Hay horas para todo. También me gusta estar relajada en la playa, en la piscina... Tengo un trabajo diferente: la Liga acaba pronto y dispongo de más tiempo que la mayoría, por más que compita en torneos 3x3 y me entrene mucho. —¿El surf te conecta más con la mente?Bueno... ¡Sólo fui un día! —Había leído que te gustaba... ¡Me pareció súper difícil! Quiero aprender a surfear algún día. Ahora mi prioridad es el baloncesto y empaparme de muchos temas. Soy muy inquieta. Estar en el piso es aburrido. ¡Fuera pasan tantas cosas! Enlaces relacionados