Navarro saluda con la cuarta Supercopa del Barça - ACB Photo.
Dos partidos, una situación exacta y un par de reacciones inmensas. Tanto en la semifinal como en la final de la Supercopa ACB, ante el Madrid y el Caja Laboral, respectivamente, el Barça fue a remolque con un tanteo de 65-60 en contra. Contra los blancos los azulgrana replicaron con un parcial de 5-14, mientras que en la final respondieron con un 8-22 para acabar ganando el título por 73-82. En ambos parciales no faltó Juan Carlos Navarro, nombrado MVP de la competición por tercer año consecutivo, superando a Splitter. Tres temporadas hace que los azulgrana empiezan el curso ganando este trofeo, del que ya cuentan con cuatro réplicas, las mismas que el Caja Laboral, y una menos que el rey supercopero, Pete Mickeal, que las ha celebrado con los dos equipos."Me siento un poco cansadillo, sí. Es normal. Llevo muchos minutos y muchos aprtidos encima. Pero cuando se gana todo se lleva mejor", dijo Navarro en Teledeporte antes de recibir el reconocimiento individual -también fue el MVP del Eurobásket de Lituania- y levantar la Supercopa ACB como nuevo capitán del Barça, de un equipo que no se vino abajo pese a llegar a perder por siete (65-58) después de dos triples y un par de tiros libres de Prigioni, menos eléctrico con el paso de los años, pero igual de certero que siempre. Entonces Pascual puso a Eidson por Mickeal y entre Navarro, que replicó a Prigioni con ocho puntos también en un momento -acabó con 24-, y Ndong (12 puntos y 10 rebotes) acabaron por deprimir a un Caja Laboral que acabó acomplejado y sin ideas. Todo empezó con una pérdida tonta de San Emeterio -"llegamos al final sin saber qué hacer", resolvió Dusko Ivanovic- y continuó con el recital azulgrana. "Hemos sentido que teníamos un momento para nosotros", reflexionó Pascual, "y lo hemos aprovechado". El técnico no se olvidó de Navarro, que "suele ser un chico que dos días seguidos no juega mal".
Oleson, gris
Si ante el Madrid La Bomba no anotó su primera canasta hasta el primer minuto del último cuarto, en la final sólo precisó de 1m 25s y lo hizo con su jugada característica. Nunca faltó en el partido Navarro, que no sólo sumó a su equipo, sino que penalizó a su rival privándole de su jugador más en forma, Oleson, al que cargó con tres personales antes del descanso y al que defendió muy bien. Resultado, el ex jugador de Fuenlabrada se quedó en cinco puntos y Dusko Ivanovic apenas lo hizo jugar 12 minutos.
Oleson fue un espectador de lujo de la descomposición final del Cajal Laboral en la recta final. Nada que ver con su juego hasta entonces. De hecho, los vitorianos empezaron muy cómodos el partido poniéndose con 14-8 a favor en un inicio en que las defensas estaban a merced de los ataques, resueltos con unos contra uno más didácticos que competitivos. Huertas y Navarro se gustaban por el Barça, mientras que el Caja Laboral, generoso, repartió sus primeras cinco canastas entre todos los integrantes de su quinteto inicial para acertar en seis de las siete tentativas iniciales.
Parcial de 10-0
El problema para el Caja Laboral era que es difícil sorprender al Barça, que se va corrigiendo sobre la marcha. Así si los azulgrana estaban negado desde más allá de 6'75 y acumulaban un 0/3 pasaron a meter tres triples sin fallo en minuto y medio para ponerse con 20-23. Heurtel estaba entre dos mundos: en el primero no le faltaba descarado para penetrar a canasta y anotar. En el segundo, por el que Ivanovic -que no se anda con chiquitas- lo castigó con el banquillo fue por no contener a Huertas. Salió Prigioni y reaccionó el Caja Laboral cuando Pascual ya tenía en la pista a la segunda unidad, con Sada a la cabeza, Eidson e Ingles en las alas y Wallace y Vázquez en la pintura. Fue el momento que aprovechó el conjunto de Ivanovic para perpretar un parcial de 10-0, en el debut oficial de Reggie Williams, pillo para aprovecharse del despiste azulgrana. Una caraja grandiosa en los primeros dos cuartos, en los que el Barça perdió diez pelotas. Y a pesar de ese déficit llegó al descanso perdiendo únicamente por 42-38.
Lorbek y sobre todo Navarro habían sostenido a los azulgrana. El mejor en el Caja Laboral era -y acabó siendo junto a Prigioni- uno de los más discretos en semifinales, Teletovic, al que le sigue faltando regularidad por más que sea un jugador capaz de cualquier cosa. El ala-pívot bosnio jugará esta temporada con el dorsal 33 y con el 12. Teletovic lo ha hecho "por cambiar", y no ha dado más explicaciones: es un jugador que habla mientras juega y muy dado a explicarse con frases cortas ante los medios. Periodistas y aficionados disfrutaban viendo cómo Ndong y Seraphin revebolaban el Bilbao Arena. El primero hizo tres tapones en la primera parte por los dos del francés.
Navarro cambió su pareja de hecho: se unió a Ndong y entre los dos pusieron de nuevo por delante al Barça (42-44), antes de que el tercer cuarto se convirtió en un tome y daca constante, en un intercambio de canastas precioso: mate de Seraphin, jugada de Teletovic, Ndong se cuelga... Las rentas era de uno o dos puntos a favor de unos u otros. Hasta que surgió, o más bien se exhibió, Prigioni para concretar ocho puntos -dos triples incluidos- para distanciar a su equipo por 65-58 (a 7m 38s), ya con Mickealrápido al estadounidense por Eidson y Navarro volvió a rescatar con dos tiros libres y un triple. Máxima penalización al rival, infantil y despistado ante la agresiva defensa azulgrana y vulnerable ante un gigante como Navarro o de un omnipresente Ndong, que también se hubiese podido llevar el MVP del torneo. El premio recayó en La Bomba, que destacó "el buen feeling que hay en el banquillo" y "que la calidad que había otros años está intacta".
CAJA LABORAL 73 (20+22+17+14): Heurtel (8), Oleson (5), San Emeterio (4), Teletovic (15) y Seraphin (9) -quinteto inicial-; Prigioni (14), Ribas (8), Nemanja Bjelica (2), Reggie Williams (6), Milko Bjelica (2) y Dorsey. BARÇA 82 (25+13+20+24): Huertas (11), Navarro (24), Eidson (9), Lorbek (12) y Ndong (12) -quinteto inicial-; Sada (5), Ingles (2), Mickael (-), Wallace (5) y Vázquez (2). Árbitros: Pérez Pizarro, Conde y Jiménez. Sin eliminados por faltas. Incidencias: final de la Supercopa 2011, disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante un total de 7.800 espectadores.