Revista Insólito

Navas del Madroño

Publicado el 04 septiembre 2010 por Monpalentina @FFroi
Navas del Madroño

Juan Carlos López

En torno a un episodio de las Misiones Pedagógicas

Los hechos son relativamente conocidos, aunque dudo que lo sean por lo que llaman “la opinión pública”: de 1931 a 1936, el Patronato de Misiones Pedagógicas realizó una de las labores, por mucho que se la pueda calificar de ingenua e innecesaria, más sorprendentes y alentadoras de las que promovió la II República. Baste recordar, pues sólo quiero escribir sobre un episodio que me parece esclarecedor, que las Misiones Pedagógicas realizaron el mayor proyecto de fomento de la lectura que se haya hecho nunca en España, mediante la creación de 5.522 bibliotecas en las escuelas de otras tantas aldeas y pueblos.

Entre esas bibliotecas se cuenta la creada el 1 de abril de 1932 en Navas del Madroño, Cáceres. La misión de Navas estaba encabezada por María Zambrano; pero no es esto lo que me importa ahora. Los restos de la biblioteca y otros materiales aportados por la misión aparecieron en febrero de 2006 tras un falso muro descubierto gracias a unas obras realizadas en el Colegio Público Nuestra Señora de la O. Entre los libros se encontraban títulos tan disolventes como dos volúmenes de David Copperfield de Dickens, Tres novelas ejemplares y un prólogo de Unamuno, unas Páginas escogidas de Azorín o La Odisea de Homero. Si los veinticinco libros encontrados se libraron del expurgo a que fueron sometidas todas las bibliotecas tras la Guerra Civil, cabría preguntarse sobre las razones de su posterior ocultación. Antonio de la Cruz Solís da a entender que la causa fuera el miedo y data, hipotéticamente, el hecho en 1957, año en que el Ministro de Educación visitó Navas del Madroño para inaugurar las nuevas escuelas. Entonces, uno se pregunta, por ejemplo, si el miedo fue condición necesaria para cuarenta años de paz.

Volvamos a 1932. En el informe sobre la misión a Navas del Madroño se habla de la avidez de saber de las gentes del pueblo. Se habla, también, de su ignorancia: “No se trata de ignorancia de verdades particulares, de falta de noticias, de estar enterados al día de acontecimientos más o menos recientes; es algo distinto. Lo que ellos ignoran es toda esa serie de supuestos de nuestra cultura, los cimientos que sustentan y hacen posible nuestro saber.”

Una ignorancia “teorética” unida a un “pensamiento exaltado” que favoreció o, si se prefiere, no impidió que las gentes de Navas del Madroño no permitieran que se les hablase de los Reyes Católicos, se les recitase un romance acerca de la Virgen María o se les pusiese un disco de canto gregoriano. Entonces hubo apasionamiento o exaltación, sin duda; pero miedo no: éste vino, con la paz, después.

Hasta el borde

ChupitosNemat Safavi

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