Revista Humor
A las 22:55, en la habitación cargada de peluches de diversos colores, tamaños y diseños, el padre se dispone a contarle al hijo, el mismo cuento de Caperucita Roja que le cuenta todas las noches, cuando el niño lo interrumpe:
–...
–Papá
–¿Qué, hijo?
–He descubierto quien es dios. –¿Ah, si?
–Si. Es seguro, fue hace unos días. –¿Y como lo has descubierto hijo?
–Pensando Pero ¿Y como llegaste a saber quien era? –Porque tú, me dijiste que dios es sabio, que está en todas partes, que lo sabe todo, que nos ve...
–Pero hijo, ¿No pensarás que yo soy...
–¡Claro que no papi! Dios es Google.
–¿Qué? Google no es dios, solo es un buscador, no lo sabe todo hijo.
–Si, de verdad papi, es cierto, lo sabe todo, todo y todo.
–A ver hijo, ¿Qué sabe el dios Google?
–Todo.
–A ver, ¿Pon un ejemplo?
–Sabe que a mi me gustan los dibujos animados del conejito saltarín.
–Muy sabio ese Dios Google ¿Y qué más sabe?
–Sabe que a ti te gustan las mujeres disfrazadas de conejitas saltarinas, rodeadas de hombres desnudos. Dios me lo dijo mientras buscaba mis dibujos animados del conejito saltarín. –¿Eh?... ¡No habrás estado viendo esas mujeres disfr...!
–No te preocupes papi, yo no las miraré nunca más, mami lo quito todo, dijo que hablaría contigo, –Dios Google también se lo dijo a ella. –¡Coño! Vaya Dios más bocazas que nos ha salido...
Como decía la canción aquella, “Precaución, amigo conductor” pero cambiándola por: “Precaución amigo navegador” Tenga cuidado al navegar, que don Google lo sabe recordar... A navegar mucho y a tener cuidado con las tempestades y las tormentas, que la mar, puede ser muy traicionera...
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Opinión, humor, actualidad, Rubén Jiménez Triguero