Desde pequeñita he tenido un sueño: navegar en velero. Me imaginaba grandes travesías por mares inhóspitos, luchando contra los elementos y ganándole terreno al mar y al viento en cada maniobra. Pero más adelante, cuando cumplí ese sueño, pude darme cuenta de que la aventura no solo está en los grandes viajes, en los destinos exóticos o en hacer millas y millas a través del océano. Hay otra aventura más humilde, más cercana y, a veces incluso más sorprendente, que es la de convivir siete personas en un navío de 40 pies durante 8 días. Y si, además, esa convivencia transcurre navegando por las Pitiusas ... qué más se puede pedir.
Os traigo unos retazos de aquellos días de junio, en las aguas verdeazuladas de las Islas Pitiusas, donde no se me ocurre mejor lugar para experimentar la libertad...
Texto: Huck Fotografías: Álvaro Gordo, Inma LuqueFollow @@InshalaBlog