Con el paso del tiempo las cosas han cambiado y desde que recuerdo siempre he adorado el mes de diciembre ya que en el mismo se celebra el día de la navidad.
Mis recuerdos comenzaron a partir de qué tenía 5 años, y me gustan ya que la familia se reunía con música, bebida, regalos y comida.
Esperábamos entré mis tantos primos (as) y hermanas a qué aquel tan mencionado santa Claus se hiciera presente. Mi padre se vestía y entregaba los regalos y algunas veces hacian sonar cascabeles y pasos en los techos de la casa para hacernos creer que ya estaba llegando, mientras que nosotros lo buscábamos por las azoteas, mis tíos dejaban bajo el pino los regalos, ahora ya lo sé, pero en aquellos días la magia y fantasía era lo mejor que podía presenciar.
Al crecer, ya no lograban engañarnos tan fácilmente y mencionaban los adultos que santa Claus llegaría cuando todos se fueran a dormir, recuerdo caer rendida del sueño en un par de sillas a eso de las 4 a.m. y escuchando de fondo esas bonitas canciones de amor y desamor de aquellos tiempos mezcladas con carcajadas.
En la adolescencia, comencé a notar que los familiares se distanciaban más, y que sólo la mitad de la familia se juntaba al siguiente día para darse el abrazo. Mi familia se pasaba el día 24 en casa, pero no todo iba tan bien como uno esperaba, mis padres por una u otra razón discutían y nos hacían pasar un momento tan desagradable.
Otros años, decidí compartir esas fechas con mi pareja y todos sus familiares, la convivencia era espectacular y en el fondo deseaba que mi familia lo estuviera pasando igual. Al siguiente día, visitaba a mis padres y convivíamos de lo mejor.
Y ahora que soy mayor y que tengo sobrinos, nos toca involucrarnos más en la organización de la comida y los regalos que daremos a los niños. Me da mucha alegría ver a mis sobrinos felices, llenos de inocencia abriendo regalos.
Es una tradición que año con año une a muchas personas, en la infancia todo parecía fantástico, parecía que todos convivían sin problemas, pero conforme pasa el tiempo las cosas no son como uno las percibe cuando es pequeño.
Las cosas han cambiado, lugares en la mesa hacen eco con su ausencia, el corazón duele y uno ya no vuelve a ser el mismo, mantengo el espíritu navideño pero ahora soy más conciente, y doy el abrazo a mis seres queridos con muchos sentimientos encontrados y agradecida de permitirnos pasar una navidad más juntos.
La vida es corta, y en un segundo puede cambiar nuestro destino, así que disfruten a la familia y que lo material venga en segundo término, tomen las fotos que desean pero dejen para más tarde el publicarlas en su red social favorita. Disfruten ese día, e intenten conservar esa paz y unión por el resto del año y no solo por un día festivo.
Perdonen y pidan perdón,ayuden, amén y rían todos los días del año, hagámoslo una costumbre de a diario y no solo por un día festivo.
Les deseo una feliz navidad, llena de mucha alegría, mucha paz y bendiciones.