Al día siguiente, en el segundo día de adviento, Travis se levantó algo triste. Durante el primer día de adviento no habían sabido nada. Para mantener la tradición habían colgado un adorno de navidad en el panel de adviento, en la zona con el número 1.
Parecía que este adviento iba a ser uno muy tranquilo y normal. En parte estaba bien, pero echaba de menos los misterios de los últimos años.
Cuando se levantaron los perritos, como siempre Maxi fue directo a la cocina para desayunar su vaso de leche con galletas y Mini, siempre por costumbre sale al balcón para ver el tiempo que hace, ver un rato el sol y saludar a las palomas que suelen anidar en el edificio de enfrente.
De repente se oye a Maxi, desde la cocina, que dice. - Chicos, que guay, nos han dejado una bombonera con chuches, que hace luz. ¿Se podrán comer?
¿Chuches en casa? A Travis le cambió la cara. ¿Sería el primer reto de adviento?, salió disparado hacia la cocina. Por el pasillo se encontró a Mini que también corría. Habían pensado lo mismo.Efectivamente. Junto a Maxi, había un objeto que recordaba a una bombonera de cristal, pero nunca lo habían visto antes. ¿Qué sería?
Al abrirlo, había una especie de piedras. También había lo que parecía una brújula, pero era muy rara. Y una nota.
Los tres leyeron la nota. El Tió de Nadal les explicaba lo sucedido. La Navidad estaba en peligro y por lo visto ellos eran los únicos que podían salvarla.
Travis se preocupó mucho. - No entiendo cómo podemos ayudar nosotros.La nota aun seguía.
Para cuando estéis leyendo la nota, habremos usado toda la magia para teletransportaros el recipiente tradicional donde se guarda la magia de navidad, junto con la brújula especial. La cueva ya se ha quedado sin magia, por lo que todos los Tiós de Nadal ya solo somos troncos.La brújula os ayudará a ir encontrando los pedazos de magia que se han perdido. No funciona como debería. Normalmente se alimenta de la magia del contenedor, pero como hay muy poca, tarda en recargase. Tan pronto tenga un nivel óptimo os marcará donde podéis encontrar un pedacito de magia. Sobre todo, no toquéis los fragmentos de magia, debéis usar vuestra magia interior para capturarla. Por eso sois los únicos que nos podéis ayudar. Vuestra magia peluche proviene de vuestros corazones de felpa y el amor que sentís por vuestros humanos a los que cuidáis. Usad un simple conjuro de captura. Cualquiera sirve. Una vez recuperado el fragmento guardadlo en el contenedor. Una vez esté completo, habrá tanta magia que despertaremos de nuevo y con nosotros el resto de la magia de navidad. No os preocupéis, todo saldrá bien. Tengo confianza en vosotros.Por cierto… una última cosa. Tened cuidado. Aún no comprendemos como ha podido ocurrir todo esto. No sabemos si ha sido un accidente o por el contrario alguien lo ha provocado. Por si ha sido esta segunda hipótesis, vigilad siempre.Un hociquito de vuestro Tió de Nadal.
Los peluches contenían sus lágrimas. La verdad, si había un gran problema. La brújula empezó a brillar y les indicaba ya una dirección. Parecía que había detectado ya un fragmento de magia.
- - Rápido Mini. Exclamó Travis. - No hay tiempo que perder.
Los dos corrieron a su habitación, allí, oculto entre libros, tenían escondida una sencilla caja de madera. En su interior tenían guardadas sus varitas mágicas. Iba a ser la primera vez que las iban a usar. Habían prometido, que solo las usarían en caso de emergencia. Pues parece ser que había llegado el momento.
Dos poderosos magos iban a entrar en acción.
Continuará…