Que la Navidad es tiempo de hacer regalos, yo creo que nadie lo pone en duda. En estas fechas nos invade unas ganas consumistas como en ninguna otra época y no solo en regalos materiales o mundanos. Es una fecha de hacer actos altruistas, de dejar de mirarnos el ombligo por un momento y tratar de hacer algo por el prójimo.
Vamos para que nos entendamos, tratamos de ser un poco mejores.
¿¿Pero de donde viene la Navidad??. Sí, sí se que muchos me diréis que lo aprendimos de pequeños en el catecismo y o en las creencias familiares. Pero recuerda esas enseñanzas y analiza lo que pasó en Belén. No es que fuera precisamente el colmo de la bondad, ya que Jesús nació en un pesebre porque a sus padres no les dejaron nada mejor.
Otros, seguro que me dirán que es un montaje comercial para vender más y hacer el “agosto” en Navidad y tienes razón. Pero os recuerdo que en estas fechas siempre hay una parte desinteresada en la que casi todos participamos en mayor o menor medida. Tratamos de ayudar a los más desfavorecidos, ya sea con las operaciones Kilo o con las recogidas de ropa y juguetes.
Así que vuelvo con la pregunta… ¿de donde viene la Navidad tal y como la conocemos?.
Antes de ahondar en el tema y por si no lo sabéis, Navidad significa nacimiento. La fiesta como tal, tiene ese origen religioso que nos contaron, celebrar el nacimiento en este caso de Jesucristo. Es curiosos que se haya escogido este día en concreto, la fecha coincide con el solsticio de invierno que nada tiene que ver con Jesús. (No está muy clara la fecha del nacimiento de Cristo, aunque se piensa que fue en septiembre, basándose en las investigaciones hechas sobre la Biblia. )
Pero vamos con lo que nos ocupa, tenemos que remontarnos al siglo XIX para entender la Navidad con la forma actual, en esa época es cuando comenzó el intercambio de regalos y tarjetas navideñas, además de la aparición de la figura de Santa Claus. Y sí, como muchos pensáis esto fue el detonante del origen consumista de estas fechas. Poco o nada tienen que ver con la tradicional y católica celebración navideña.
Ahora bien, la otra parte de la Navidad vino por el carácter de convivencia social y familiar, sin vinculaciones religiosas que le fueron dando creyentes y no creyentes. Es un tiempo para estar en familia y armonía. Es precisamente estas ganas de estar con los que queremos, que nos predispone a dar a los demás, ya sea de forma altruista o en forma de regalos.
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