Navidades en Tailandia

Después de un año de nuevas aventuras, pero también de mucho trabajo y no muchas vacaciones me apetecía un descansito en verano, de esos buenos, de pensar poco, de relajarse y de sol y playa, sobretodo de sol y playa, así que en vez de volver a España donde normalmente las paso, me decidí a ir a Tailandia. 3 días a Bangkok y un poco más de una semana en las playas de Phuket.

Los primeros dos días estuve un Bangkok, que como cualquier ciudad grande del sudeste asiático es un caos, pero a la vez interesante, sobretodo perderse por sus callejuelas, mercados, probar su comida callejera etc.

Lo que no me gusta de estas ciudades es la contaminación, miles de coches y motos, que juntamente con el calor que hace crean un ambiente muy cargado, pero se sobrevive

No vine a Tailandia a hacer un viaje de turismo y de ver monumentos y tal, vine a descansar a comer y a la playa, pero bueno, siempre algo más ves, en este caso fui a ver Wat Pho, el templo con el Buda tumbado más grande del mundo, y la verdad que fue interesante, otro tipo de arquitectura que no había visto antes en persona, y la verdad que muy chulo, muy recomendable.

A parte de eso, poco más, dar vueltas por la ciudad perdiéndome por los callejones y probando todo tipo de comidas.

Al tercer día ya fui a donde quería ir, a la playa! Tenía dudas de ir a Phuket o Krabi, pero al final acabé en Phuket, una isla más al sur de Tailandia famosa por sus playas y sus fiestas. Yo no quería fiesta, solo playa, mojitos y descansar, así que cogí un hotel cerca de Bang Tao, donde tenía dos playas cerquita, la playa de Bang Tao y la de Surin, la de Bang Tao es más grande y con hoteles a pié de playa, pero la de Surin es más pequeña, más limpia y con chiringuitos más baratos muy cerquita.

A partir de aquí poco más, mi día era despertarme > desayunar > playa > comer >playa > ducha > billar + mojito o birra > cena > birras > dormir , y así día tras día

La única excepción fue una excursión a Phi Phi Islands, cerca de Krabi, en la que una de las islas es donde se rodó la película The Beach de Leonardo di Caprio. Además vimos Monkey Island, una isla llena de monos, Bamboo Island, una isla para tumbarse y pasar un ratillo a tomar el sol, un poco de snorkelling, etc etc

La verdad que los paisajes de esas islas, las aguas, etc eran espectaculares, pero estaba petado de gente, lanchas y personas por todos lados, lo cual no acabas de disfrutar del todo de los lugares, pero bueno, fue divertido, hice un poco de snorketling y me tomé unas cervecitas, así que bien.

Quería haber ido a otras islas, pero me imaginaba que sería lo mismo, lleno de personas por todos lados, así que mejor me fui a la playa que había mucha menos gente y me lo pasé mejor

Para acabar, y antes de volver a Tokyo volví a Bangkok a pasar un par de días más, estos dos días visité zonas nuevas, probé más comida callejera y me eché alguna birra más, un colofón perfecto para un viaje increíble.