Es el primer año después de muchos en el que por lo menos mi familia sí ha querido, no sin esfuerzo ni reticencias, juntarse por completo en torno a nuestros padres. Y creo que tiene que ser así, son los progenitores quienes deben promover, facilitar y defender la unidad de la familia. Solo cuando eso falla por completo o en alguna medida debe el siguiente o el otro, casi el que sea, tomar el timón.Hace tiempo que me he hecho consciente de lo difícil que es que sigamos todos siquiera vivos con tanto accidente y enfermedad al acecho, y doy gracias por ello. Mi padre está más anciano y más pachucho cada vez. Y he aquí otra de las paradojas que tanto me gustan: que cuanto más débil es la salud de aquel que quieres mas fuerte se hace el vinculo y más urgente la necesidad de verlo quién sabe si por última vez. Qué vértigos nos impone la vida.Doy gracias a Dios por habernos juntado una vez más, una Navidad más. Gracias al que tuvo la iniciativa de unirnos y gracias a todos y cada uno de los que no se opusieron. ¿Ocurrirá el año próximo?, quiera Dios, queramos nosotros y es seguro que lo logremos.Como en tantas facetas de la vida, te juntas como lo hacen las familias y cuando quieres darte cuenta te has convertido en una de ellas.¡Feliz Navidad!
