Bien dice la sabiduría popular que una mentira, siempre lleva a otra mentira y a otra…
Cuando Nayib Bukele dijo en Frente a Frente ¨no tengo religión¨ estaba comenzando una de sus cadena de mentiras. La última pieza la ha colocado cuando aparecieron fotos que comprueban que es musulmán, y olímpicamente dijo que: ¨esa era una visita de cortesía que hizo con sus hermanos a una mezquita.¨
Esa mentira es como la que dicen los delincuentes cuando son capturados con las manos en la masa, y al ser entrevistados expresan con cara de inocencia: ¨si yo solo iba pasando.¨
Esa mentira de la ¨visita a la mezquita¨ es una verdadera ofensa para la inteligencia del pueblo salvadoreño, pues Nayib tiene la arrogancia de seguir mintiendo sobre algo que todos podemos ver.
El problema no es que Nayib sea musulmán, porque tenemos libertad de culto, el problema es que miente, y que ha hecho de la mentira su forma de hacer política, así como hicieron en el pasado reciente Funes y Saca.
Nayib miente cuando acusa de fraude al Tribunal Supremo Electoral; miente cuando no va al debate de la Universidad de El Salvador diciendo que favorece al candidato de ARENA; miente cuando afirma que a los kioskos de inscripción para defender el voto, llegaron cientos de miles, cuando todos vimos que estaban vacíos; miente cuando publica todo los días encuestas compradas en las que dice que va ganando…
Tenemos en Nayib no solo a un candidato mentiroso, sino un candidato hecho a partir de mentiras con las que se ha construido una imagen absolutamente falsa.
Ahora Nayib sale defendiéndose, como siempre lo hace atacando a que quienes dicen la verdad, diciendo que son unos intolerantes religiosos poniéndose de víctima.
Lo que los salvadoreños no podemos tolerar es la mentira en un candidato a la presidencia de la República, y que encima trate de seguir mintiendo cuando aparecen unas evidencias que no dejan la menor duda de la verdad.
Los salvadoreños ya sabemos lo que es tener presidentes que son farsantes profesionales como fueron Saca y Funes. Como dice otro dicho popular, no tropecemos otra vez con la misma piedra.
Amigos de la Patria