Revista Opinión
El problema del hombre que traiciona una vez es que automáticamente se transforma en un traidor y esto, al menos para mí, imprime carácter.
Creo que, como siempre, no he conseguido ni con mucho, explicar lo que prendía. Trataba de decir que en la mortal lucha política lo esencial es el día a día, la inmediatez, que las abstrusas elucubraciones doctrinales no sirven absolutamente para nada si estamos fallando en lo cotidiano, si estamos dejando que nuestros mortales enemigos nos estén ganando la batalla diaria.
Decía aquel sempiterno ministro de la Gobernación que se llamó conde de Romanones que a él no le molestaba en nada que otros hicieran las leyes siempre que él tuviera la ocasión de hacer los reglamentos, lo que se aplicaba en la práctica, en política lo importante es el día a día, y, si me apuran, el hora a hora, por eso los que saben la han denominado el arte de lo posible.
Si tú, enfrascado en formular maravillosas teorías sobre lo que debe de ser, desprecias lo que es, estás condenado para siempre a la puñetera inoperancia. Si tú y tus colegas de la pura teoría os dedicáis a la suprema discusión, da igual que sean galgos o podencos, que los perros acabarán por ganaros la partida.
No se puede echar abajo algo, este estado de cosas que la derecha, la ultraderecha, el fascismo, el franquismo, han construido durante tantos años, elaborando hermosas y brillantes teorías, si mientras te equivocas de bando y no sólo permites sino que también ayudas aunque sólo sea con tu inacción, a que los retrógrados se asienten más en el poder o arrebaten a la progresía lo poco que tiene, si es que tiene algo.
Lo que estoy tratando de decir pero seguramente, como siempre, no lo digo bien, es que la lucha política es de aquí y de ahora, que tiene una radical inmediatez, una cotidianidad absolutamente inesquivable, porque, si te descuidas, llegan los perros, galgos o podencos, qué más da, y te echan a la puñetera calle, es decir, te ganan las elecciones y se quedan por 4 jodidos años en el poder, con lo terrible, con lo que incluso puede ser irreversible, eso significa.
En cada puñetero minuto, se está jugando definitivamente algo, entre los 2 rivales mortales que realmente mueven nuestra jodida vida, esas 2 fuerzas, absolutamente desequilibradas por el impulso ya de años, que gobiernan el mundo y, por lo tanto, nuestra existencia, no hay que pasar por Salamanca para saber en cada momento lo que hay que hacer: situarse en contra de lo que persigue la ultraderecha sin olvidar lo que nos dejó dicho para siempre uno de los más grandes filósofos de la izquierda, en política hay que ensuciarse las manos continuamente, la pureza cuasi virginal es un puñetera quimera, una ilusión completamente nociva para la causa de redimir en lo posible la condición humana.
Volvemos a nuestros análisis sobre el poder. El poder no está, aunque lo parezca, en manos del PP que sólo es el brazo ejecutor.
El poder está en el puñetero capital, al que ellos, PP, Ciu, PNV, Psoe, sirven miserablemente de una u otra manera.
Se trata, pues, de hacer en cada momento, aquí y ahora, lo que perjudique a ese poder, pero no en teoría, sino en la práctica, pero claro está que esto a veces no es fácil de determinar a primera vista.
Anguita se opone a Griñán porque considera que éste es el poder, cuando está meridianamente claro que es precisamente el antipoder.
Lo que Griñán y su aliado comunista representan, aquí y ahora, es el obstáculo, el tablacho para que Arenas, el esbirro del auténtico poder, no haya llegado a la suprema magistratura andaluza. Luchar contra Griñán es favorecer decisivamente al grupo de Arenas e indirectamente al poder.
Es por eso por lo que yo, humildemente creo que él, Anguita y el alcalde de Marinaleda se equivocan combatiendo circunstancialmente,eh, circunstancialmente, a este contrapeso del poder real que ahora y aquí representan Griñán y su aliado comunista, que han impedido que en Andalucía sucediera lo que ocurrió en Extremadura.
El comunismo sólo se puede imponer desde arriba en el mundo de hoy, ganando unas elecciones como Chávez en Venezuela porque, si no, no te dejan los de arriba, desde luego, pero también los de abajo, que no están dispuestos siquiera a compartir la bicicleta, pero para eso hay que ir invirtiendo poco a poco la puñetera mentalidad, haciendo que la gente comprenda que todo antes que la derecha, la ultraderecha, porque ésta es el principio del fin, es el jodido, el puñetero posibilismo, el aquí y ahora, no podemos hacer aquí y ahora más que lo que se puede hacer, dejémosnos de una vez de sueños irrealizables y agarrémosnos desesperadamente a lo poco que nos ofrece la jodida realidad si es que nos ofrece algo.
Entonces que se vayan a la mierda los que nos ofrecen maravillosos sueños imposibles y sigamos a los que nos ofrecen lo poco que aquí y ahora se puede hacer, en Andalucía, por ejemplo, la pinza, la increíble pinza entre esa derecha que al menos teóricamente dice que es de izquierda y esa otra izquierda que realmente lo es pero que casi siempre se equivoca en la práctica porque huye del posibilismo, de lo que se puede hacer aquí y ahora, por eso están fracasando de esa manera en Extremadura porque IU allí se ha dejado llevar por odios africanos de muchos años de canalladas de un Psoe, que se creía que siempre iba a estar en ese poder secundario que representa el poder político. Resultado: la ultraderecha recuperando asquerosamente un poder del que había estado lejos muchísimos años y cuya ausencia del poder permitió que los santos inocentes extremeños llegaran incluso a tener en las escuelas, un ordenador tan gratis como su sotfware, promoviendo las amargas quejas de la ultraderecha catalana.
Creo, seguro que erróneamente otra vez, que está claro. De cualquier modo lo tengo que dejar aquí, porque son ya casi 3 folios y una pieza tan larga se hace realmente ilegible.