Los padres deseamos que nuestros hijos e hijas vayan bien en sus estudios, que saquen buenas notas y que no muestren dificultades en su aprendizaje. ¿Una utopía?, puede parecer, pero seguramente muchos nos identifiquemos.
Si no cumplen nuestras expectativas, ¿tengo que ayudarle en los estudios o busco ayuda exterior?
En ocasiones está muy claro cuándo hay que buscar a un profesor para que refuerce los contenidos y materias que nuestro hijo/a requiere. Pero hay otras veces que dudamos si nosotros seremos capaces o incluso conveniente ayudarle nosotros mismos, o si tenemos que buscar un profesional.
La falta de tiempo, de preparación, de paciencia, de metodología… nos conducen a buscar ayuda en un profesional que minimice las carencias de nuestros hijos y les facilite su aprendizaje.
Si te encuentras en alguna de las siguientes situaciones, puedes necesitar la ayuda de un profesional:
1.- Llegamos tarde a casa, cansados de nuestro trabajo y deseamos relajarnos en el sofá o con un buen baño. Lo que menos nos apetece es repasar los ejercicios de nuestros hijos/as y revisar antes de un examen.
2- La complejidad de los nuevos aprendizajes y los años que han pasado desde que nosotros estudiamos también puede ser un hándicap a tener en cuenta. Conforme van avanzando los cursos los temarios van siendo cada vez más complicados y nosotros tenemos más dificultades para entenderlos, y aún más para saber explicarlos a nuestros hijos.
3.- Aquello que está estudiando nuestro hijo/a sabemos hacerlo, pero nos falta la metodología adecuada para explicárselo y no conseguimos que lo entienda. Suele ser muy común, pues no utilizamos la misma explicación que los profesores o no conseguimos expresarnos de forma entendible.
4.- La hora de los estudios acaban en discusión. Nuestros hijos están nerviosos y nosotros aún más ya que no nos hacen caso y/o nos sentimos impotentes ante esos conceptos que no hemos visto nunca o se nos ha olvidado.
5.- Los profesores y/o el servicio de orientación escolar se ha puesto en contacto con nosotros con el fin de compartir con nosotros las dificultades que han constatado en nuestro hijo/a. Han podido detectar un déficit de atención, un retraso en la adquisición de los conocimientos para su edad… Nos sentimos abatidos por la noticia y no sabemos qué hacer ni cómo ayudarle. Seguramente que en el colegio nos pueden asesorar.
Cualquiera de las situaciones anteriores, y alguna otra que seguro que estás pensando, son indicadoras de que necesitamos un profesor de refuerzo escolar para nuestros hijos.
Ahora queda seleccionar aquél que mejor se adapte a nuestras necesidades. En el siguiente artículo te daré algunas claves para acertar con nuestra elección.
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