Necesitaba cerebro

Lo más positivo que el ir cumpliendo años le puede dar a una persona es la sensatez, la responsabilidad y una cierta racionalidad. Hay excepciones, como en todo en la vida, gente muy joven ya con grandes dosis de responsabilidad y gente adultas que, no es que les falte un hervor, están crudos, ni siquiera a medio cocinar. En este último grupo podríamos englobar a gran parte de los políticos españoles, muchos de ellos con carrera, pero como dice el dicho: “Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta.

Se ha producido un violento enfrentamiento entre un grupo de hinchas de dos equipos de fútbol, Deportivo de la Coruña y Atlético de Madrid, como consecuencia de los graves enfrentamientos ha fallecido un hincha del Deportivo de la Coruña. Según escuché las primeras noticias lo primero que se me vino a la cabeza fue que sería gente de no mucho más de veinte años. Cual sería mi sorpresa cuando comenzaron a dar los primeros datos del hincha fallecido. Un hombre de 43 años  y, al parecer, con dos hijos, una hija de diecinueve años y un hijo de cuatro.

A mi, que me gusta mucho el fútbol, hay muchas cosas relacionadas con el fútbol que no puedo entender. Si vas a un partido de fútbol me parece lo más normal que el público lleve bufandas, camisetas, chandals….cualquier tipo de equipación relacionada con su equipo, forma parte del espectáculo. Pero yo, que ni siquiera entiendo que una persona ya adulta vaya con una camiseta de su equipo por la calle sin haber partido, no consigo entender como una persona, de la edad del fallecido, puede ni siquiera pertenecer a un grupo de seguidores ultras de un equipo de fútbol. Ya mucho menos puedo entender que quede con sus “colegas” vía wassap para zurrarse con hinchas de otro equipo. Y ya, lo que me parece de nota, es que el acto de zurrarse se lleve definitivamente a cabo.

Une persona de cuarenta y tres años y con hijos ya está en una edad en la que debe ir al fútbol dando la mano a sus hijos y sentarse tranquilamente en tribuna comiendo unas pipas, punto. A mi el fallecimiento de cualquier persona me produce pena, este también, y más en la forma en que ha sucedido. Pero  me produce pena por el hecho en si y por la familia del fallecido, sobre todo por sus hijos. En este caso el fallecido me parece que no ha sufrido más que las consecuencias de sus propios actos puesto que le ha pasado a él como le podría haber pasado a otro contra el que se estuviera pegando, y probablemente siendo él mismo el culpable.

El Deportivo de la Coruña, como no podría ser de otra forma, se ha puesto a disposición de la familia del fallecido para atenderles en lo que necesiten. Si esto hubiera sido con el fallecido en vida quizás le hubiera hecho falta, aunque eso no estaba en la mano del Deportivo, un nuevo cerebro, más cabeza para no hacer el imbécil.

Pero el Deportivo y todos los equipos de fútbol si que están a tiempo todavía de hacer algo, aunque ese algo llegue ya para algunos tarde. Lo que podrían hacer es prohibir el acceso a estos grupos a los campos de fútbol. Si a los miembros de estos grupos les gusta de verdad el fútbol y quieren tanto a su equipo ya se ocuparían de comportarse para que no se les prohibiera entrar.